DESARROLLO
Fresamanía: El dulce emprendimiento que llega a la Zona Colonial
Nació de la necesidad de fusionar sus talentos y deseos de crecimiento personal. Ambos manejaban negocios independientes, pero querían un proyecto que les permitiera, no sólo trabajar juntos, sino también aprovechar el potencial del lugar.
Mientras algunos negocios tradicionales de la Zona Colonial anuncian el cierre de sus puertas, nuevas propuestas frescas y creativas están surgiendo, reflejando el espíritu emprendedor de una generación que busca revitalizar este icónico espacio histórico de Santo Domingo. Un ejemplo de este renacer es Fresamanía, una tienda de postres creada por Nelsa de la Cruz y Luis Alfredo Abreu, una joven pareja que decidió unir fuerzas para materializar su primer proyecto conjunto.
El concepto de Fresamanía nació de la necesidad de fusionar sus talentos y deseos de crecimiento personal. Ambos manejaban negocios independientes, pero querían un proyecto que les permitiera, no sólo trabajar juntos, sino también aprovechar el potencial de la Zona Colonial, una de las áreas más turísticas e icónicas de la capital dominicana.
“Nos sentamos a pensar en cómo podríamos hacer algo que nos permitiera pasar más tiempo juntos y, al mismo tiempo, seguir creciendo profesionalmente. Y ahí fue que surgió la idea de Fresamanía”, comentó Nelsa, estudiante de término de Psicología Industrial.
El enfoque del negocio es claro: fresas frescas con chocolate y crema, acompañadas de una gran variedad de toppings. Desde coco rallado y frutos secos hasta las populares gomitas, M&M’s, minipancakes y helados artesanales. La idea es que los clientes puedan disfrutar de un postre delicioso mientras pasean por las calles coloniales, llevándose un toque de frescura en medio del calor del Caribe.
Los retos de emprender
“Encontrar un local asequible aquí fue nuestro primer reto. Esta zona es turística, y los alquileres son muy altos. Luego, adaptarnos a las políticas locales fue otro gran desafío. Por ejemplo, no todos los negocios pueden poner letreros visibles fuera de los establecimientos debido a las regulaciones para mantener el estilo colonial”, explica Nelsa.
Aun así, la pareja ha logrado consolidarse en un pequeño pero acogedor local, donde han sabido sortear las dificultades y adaptarse al entorno. Además, están trabajando en expandir su menú según las temporadas y las preferencias del público.
“Emprender no es una tarea fácil”, reflexiona Luis Alfredo, quien posee una maestría en Gestión de Seguridad y Calidad Alimentaria. Con una mirada firme, añadió: “En este camino hay desafíos enormes, pero es parte del proceso y no podemos darnos el lujo de retroceder”.
El dulce sabor del primer día
El primer día de operaciones de Fresamanía fue un éxito rotundo. Tanto que tuvieron que cerrar temprano varios días consecutivos porque se quedaron sin productos. “Superó por completo nuestras expectativas”, recordó Luis Alfredo. “Recibimos un apoyo increíble de amigos, familiares y conocidos, y hasta el día de hoy siguen viniendo al local”.
Un pilar clave en el logro de este emprendimiento ha sido Yarisa de la Cruz, hermana de Nelsa. Como la primera cara que los clientes ven, Yarisa no solo ofrece una cálida bienvenida, sino que también gestiona las ventas y crea combinaciones personalizadas de postres. Su servicio atento y adaptado a los gustos de cada cliente ha sido esencial para el rápido avance del negocio.
Lecciones del camino
Como todo emprendimiento, Fresamanía ha dejado importantes lecciones para Nelsa y Luis Alfredo. Ambos coinciden en que una planificación básica es esencial para iniciar cualquier negocio.
“A veces las personas empiezan sin tener una idea clara de lo que necesitan, y eso puede traer problemas. Es importante planificar bien: qué equipos necesitarás, el espacio, los productos y, sobre todo, el capital”, comentó Luis Alfredo, quien destaca que para iniciar Fresamanía contaron con un capital aproximado de 300 mil pesos, que incluyó el equipo, el local y los productos.
Un futuro prometedor
El futuro para Fresamanía parece tan dulce como sus postres. Con una idea fresca, una respuesta positiva del público y una estrategia clara de crecimiento, Nelsa y Luis Alfredo están decididos a convertir su emprendimiento en un referente dentro de la Zona Colonial.
“Si tienes una idea, lo importante es dar el primer paso. Aunque sea con lo mínimo, lánzate, porque si no lo haces tú, alguien más lo hará. Y recuerda, en estos tiempos, si no estás en las redes sociales, no existe”, concluye Luis Alfredo, haciendo alusión al poder de las plataformas digitales para cualquier emprendimiento moderno.
Dificultades en la zona
Una de las principales dificultades que enfrentan los negocios en la Zona Colonial es la falta de mantenimiento de la infraestructura. Luis Alfredo, CEO de Fresamanía, destacó este problema: “Si caminas por El Conde y otras calles, te das cuenta de que hay un descuido evidente. No solo es responsabilidad de los negocios, sino también de las autoridades competentes”.
El deterioro urbano es uno de los mayores retos, así como la capacidad de adaptación a los cambios generacionales. “Muchos negocios han cerrado porque no se han adaptado a lo que los jóvenes buscan hoy en día. Hace 10 o 20 años, las demandas eran distintas”, agregó Luis Alfredo, destacando la importancia de innovar y mantenerse relevante en un mercado en constante evolución.