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Llegar siempre será más fácil que mantenerse

Marta Quéliz, editora L2

Marta Quéliz, editora L2

He visto, sé que ustedes también, cómo hay personas que alcanzan el éxito, a veces con mucho trabajo, y lo fácil que lo echan a perder porque creen que ya lo lograron todo. Se descuidan y, en un abrir y cerrar de ojos, quedan en peores condiciones que en las que comenzaron. Desde que consiguen dos pesos, ya no quieren trabajar, comienzan a buscar empleados, a no responder llamadas, a dejarte en visto, a restarles importancia a los clientes que le ayudaron a subir y a desentenderse del negocio. No reparan en prestarle atención a que llegar siempre será más fácil que mantenerse.

El negoció creció, pero los dueños lo descuidaron

Para recrear este panorama, contaré una de las tantas historias que he vivido al respecto. Hace unos años, vi a unos mellizos que, con gran esfuerzo pusieron un puesto de chimichurri. Como a eso de las 5:00 o 6:00 de la tarde los veía todos los días arrastrar su carrito para colocarlo en el punto escogido y comenzar a vender. Trabajaron duro para lograr ganarse el favor de una clientela que cada día crecía más. Se posicionaron bien, expandieron su propuesta. Ya no sólo era hamburguesas, sino que tenían burritos, tacos y otras variedades. Se hizo necesario buscar la ayuda de otros empleados. Todo seguía bien hasta que ellos decidieron no hacer caso al popular dicho: ‘El ojo del amo engorda el caballo”. Lograron el éxito que querían, pero no supieron mantenerlo.

Otra experiencia

Conocí a un técnico de aire muy capaz y servicial. Él mismo se desplazaba a tu casa y se hacía acompañar por un ayudante. El tiempo ha pasado y, de corazón, me ha alegrado que haya crecido tanto, al punto de que ya él no visita ningún sitio a dar el servicio. Manda a sus muchachos y, por teléfono habla con ellos. Hasta ahí, todo está bien. El problema ha surgido después. Ahora tú le escribes y te dan día y hora, pero te quedas esperando o te dejan en visto y así por el estilo. Es decir, que puede que esté a un paso de perder el éxito que los clientes le ayudamos a conseguir porque no ha sido capaz de hacer lo correcto para mantenerlo.

Por casos así

Cuando suceden estas cosas es que me da deseos de irme a una ciudad fabulosa para aprender sobre la importancia que tiene mantener la humildad tanto en los inicios como en el desarrollo y posicionamiento de un negocio. Aprender que saber mantenerse es lo que requiere del trabajo duro. Por entender todo esto es que los habitantes de esta comunidad cuando se ven en la cima tratan de acercarse más a quienes le ayudaron a llegar a ella. Saben que estar en ese lugar obedece al apoyo que recibieron de sus clientes y por ello les dispensan su respeto, buenas atenciones y un servicio de calidad. No les hacen desaires ni les menosprecian. Todos los clientes son iguales. No se dejan atrapar por las mieles del éxito obtenido. Están claros en que ahí es que verdaderamente deben hacer sus mayores esfuerzos para mantener su posición sin egos y sin maltratos. Saber mantenerse es sinónimo de buen manejo y sabiduría.

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