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El síndrome del nido vacío: ¿crisis u oportunidad?

Para el especialista, aunque los hijos se vayan, las relaciones y el amor permanecen, evolucionando y adaptándose a nuevas formas y tiempos.

Para el especialista, aunque los hijos se vayan, las relaciones y el amor permanecen, evolucionando y adaptándose a nuevas formas y tiempos.Istock

Es una etapa inevitable en la vida de muchos padres, llena de desafíos, pero también de oportunidades. Reconocer los sentimientos asociados, buscar apoyo, si es necesario, y aprovechar el tiempo para el crecimiento puede transformar esta transición.

“Los hijos son como los pájaros; un día, inevitablemente, dejan el nido para volar solos”. Esta frase resonará en muchos padres que han experimentado la partida de sus vástagos del hogar. El síndrome del nido vacío, aunque suene poético, es una realidad emocional que muchos enfrentan y que puede tener tanto ventajas como desventajas”.

Así lo dice Carlos Cano, psicólogo forense que ve en esta etapa, no sólo una crisis de emociones, sino una oportunidad de fortalecer las relaciones entre los padres.

Ventajas

Redescubrimiento personal: Con la salida de los hijos, los padres tienen más tiempo para dedicarse a sus propios intereses y ‘hobbies’. Esta etapa puede ser una oportunidad para retomar pasatiempos olvidados, estudiar algo nuevo o simplemente disfrutar de actividades que antes no tenían tiempo para realizar.

Fortalecimiento de la relación de pareja:

Sin las demandas constantes de la crianza, las parejas pueden reenfocar su atención en su relación. Esto puede ser un momento para redescubrirse mutuamente, planificar viajes o proyectos conjuntos y fortalecer su vínculo.

Autonomía financiera: La reducción de gastos asociados con la crianza de hijos puede permitir una mejor planificación financiera y la posibilidad de ahorrar para metas personales o de pareja.

Desventajas

Sentimientos de vacío y tristeza:

La partida de los hijos puede generar una sensación de pérdida y vacío. Los padres pueden experimentar tristeza, nostalgia y, en algunos casos, depresión.

Desafíos en la relación: Para algunas parejas, la ausencia de hijos puede resaltar problemas subyacentes en la relación que antes se mantenían ocultos por las ocupaciones diarias.

Reestructuración de roles: Los padres deben adaptarse a su nueva identidad sin el rol constante de cuidadores, lo cual puede ser desafiante y confuso.

Síntomas habituales del síndrome del nido vacío

Los padres que lo experimentan pueden mostrar una serie de síntomas emocionales y físicos, como:

Tristeza y llanto frecuente: Los padres pueden sentirse abrumados por la tristeza y llorar más de lo habitual.

Ansiedad y preocupación excesiva: La preocupación por el bienestar de los hijos puede incrementarse, aun cuando están preparados para enfrentar la vida por sí mismos.

Sentimiento de pérdida: La sensación de haber perdido una parte esencial de su vida puede ser prominente.

Cambios en los hábitos de sueño y apetito: Algunos pueden experimentar insomnio o alteraciones en el apetito.

Entonces... ¿La relación se va a hundir o va a salir a flote? ¿Puede la partida de los hijos fortalecer las relaciones de pareja?

Sorprendentemente, sí. La salida de los hijos puede brindar una oportunidad única para que las parejas se reconecten y fortalezcan su vínculo.

Con más tiempo y menos responsabilidades directas, pueden explorar nuevas actividades juntos, comunicarse más profundamente y redescubrir aspectos de su relación que habían quedado en segundo plano.

Esto no significa que el proceso sea fácil; requiere esfuerzo y adaptación, pero puede resultar en una relación más sólida y enriquecedora.

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