reflexión
Creciendo con dolor: el viaje hacia la sanación de hijos de madres tóxicas
El amor y agradecimiento a la madre, como sustentamos y defendimos en una reciente entrega es fundamental. Empero, no todas encajan en el arquetipo de la madre descrita en el himno dedicado a ellas.
Por el contrario, hay algunas, hoy en día llamadas “madres tóxicas”, cuyas heridas emocionales sufridas repercuten en toda la vida, especialmente si no procuran una sanación, como el caso de doña Pepa, con 72 años todavía no han podido perdonar a sus progenitores, toda la vida ocultaba bajo su timidez o rumeaba sus dolencias con allegados, no hizo nada trascendental y sus inseguridades la han acompañado siempre afectando sus relaciones sociales.
Los abusos emocionales y físicos de los padres laceran la autoestima y el bienestar emocional de sus hijos.
Descubrir si se procede de una relación con una madre tóxica es el primer paso para sanar las heridas que reposan el subconsciente de la vida de cada uno.
Exponemos algunos elementos que pueden ayudar a identificar un hogar insano:
• Crítica constante y mamá nunca parece estar satisfecha con nada de lo que el hijo realiza, provocando un sentimiento de desvalorización e insuficiencia.
• Manipulación emocional: usa la culpa o el miedo para controlar, se victimiza y chantajea emocionalmente, haciéndolo sentir responsable de su infortunio.
• Negación de los sentimientos del hijo, quien no tiene derecho o motivación a sentir tristeza, enojo o frustración.
• Competencia y celos: algunas madres celan los logros de sus hijos, en lugar de apoyarlos y celebrarlos.
• Irrespeta los límites: Con frecuencia, una madre tóxica, invade el espacio personal haciendo sentir al hijo asfixiado y sin privacidad.
• Desprecio y desvalorización: Constantemente menosprecian o hacen sentir que las opiniones y sentimientos no valen o lo ridiculizan.
• Aislamiento: lo aleja de amigos y otros familiares para mantener su control y evitar que reciba apoyo externo.
• Favoritismo: Si mostró distinción clara entre sus hijos, esto puede haber creado un ambiente de inseguridad y competencia. Incluyendo desamparo en momentos de agresiones del favorito.
Reconstruir la autoestima y el merecimiento de relaciones saludables y respetuosas es posible especialmente si se hace con un terapeuta. Algunas herramientas para ayudar el proceso podrían incluir:
Establecer límites: implica comunicar de manera asertiva lo que estás dispuesto a tolerar y lo que no, y tomar medidas para mantener esos límites.
Autocuidado: Priorizar actividades que disfrutas, ejercicio, una alimentación saludable, tiempo para relajarte y suficiente descanso. El autocuidado te ayudará a fortalecer tu resiliencia emocional.
Educación te ayuda a comprender mejor tu situación y a validar tus sentimientos.
Red de apoyo: Rodearte de personas y te comprendan donde puedas compartir tus experiencias sin juicios, recibir comprensión y motivación.
Diario personal: expresar tus pensamientos ayuda a procesar tus emociones, es una herramienta terapéutica que ayuda a tener otra perspectiva.
Practicar la autoafirmación: Trabaja en desarrollar una voz interna positiva contrarrestando las críticas y comentarios negativos que hayas recibido.
Realización de actividades que te apasionen y que te permitan expresar tu creatividad y habilidades. Asistir a grupos comunitarios, deportes, conocer personas con intereses similares y fortalecer el sentido de pertenencia.