educación superior
Creatividad, competencia clave para profesionales innovadores y agentes de cambio
Es más probable formar creativos cuando el entorno educativo en el que se desarrollan estimula la exploración, la experimentación y la expresión libre
La capacidad de inventiva, de generar nuevas ideas y crear soluciones originales es, sin duda, una de las más relevantes y buscadas en los profesionales de hoy. Esto no solo se necesita en los laboratorios o en equipos de investigación, sino en todos los ámbitos laborales y de la vida cotidiana.
Dicen que la definición de locura es continuar haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. Definitivamente, para poder enfrentar los desafíos del mundo laboral actual y generar los cambios necesarios para garantizar el progreso de nuestras sociedades se requiere abordar los problemas de manera distinta y proveer soluciones innovadoras. Esto lo pueden lograr ciudadanos con pensamiento creativo.
“Ser creativo e innovador implica ser capaz de desarrollar nuevos hábitos y adoptar actitudes que fomenten la generación o mejoras de ideas originales, haciendo posible su implementación efectiva”, explica José Martín Morillo, director de Mercadeo Institucional de Unibe, docente y coordinador de la maestría en Marketing y Comunicación Digital de la institución. “La creatividad no es el resultado de un don especial que tienen algunas personas; todo el mundo puede ser creativo e innovar. La mayoría de las ideas innovadoras no surgen de un momento al azar ni son el resultado de un momento genial de inspiración, sino que surgen a causa de necesidades, por cosas que no funcionan en el día a día o porque hay que buscar soluciones a problemas o situaciones no resueltas”, dice.
La academia juega un papel crucial en el fomento de la creatividad. En Unibe, afirma José Martín Morillo, la creatividad y la innovación son parte de los ejes formativos. La institución fomenta estas habilidades en el día a día de sus estudiantes, permitiendo transformar situaciones consideradas ordinarias en algo nuevo.
No hay duda de que es más probable formar creativos cuando el entorno educativo en el que se desarrollan estimula la exploración, la experimentación y la expresión libre, cuando se promueve la colaboración, la participación y la reflexión. Pero, además, es importante emplear estrategias didácticas intencionalmente orientadas a estimular el pensamiento creativo, que es lo que ha hecho Unibe.
Algunas estrategias pedagógicas que contribuyen a desarrollar la creatividad son:
- Integrar proyectos interdisciplinarios y de colaboración, donde los universitarios tengan la oportunidad de trabajar en equipo con estudiantes de otras carreras, con diferentes competencias, y exponerse a múltiples perspectivas y enfoques.
- Enseñar técnicas de pensamiento como design thinking, para estimular la resolución de problemas de manera ingeniosa y centrada en las personas.
- Creación espacios de aprendizaje flexibles y abiertos que fomenten la colaboración y la experimentación.
- Asignar proyectos de investigación en el que tengan que proponer posibles soluciones y enfoques novedosos a problemas reales.
- Organizar actividades que promuevan la discusión e intercambio de ideas y perspectivas, como paneles y debates, asegurándose de crear un ambiente seguro y respetuoso para expresarse libremente, cuestionar y hacer propuestas.
En el entorno laboral actual, cada vez más competitivo y siempre cambiante, se destacan, multiplican sus oportunidades y triunfan quienes saben adaptarse, tienen una mentalidad flexible, los que son innovadores y resolutivos.
Todas esas competencias requieren de creatividad y son aplicables a cualquier disciplina o campo profesional, ya sea en ciencia, tecnología, arte, ingeniería, negocios, diseño. Pero, además, los profesionales creativos mejoran e impactan positivamente sus campos de trabajo, contribuyendo al desarrollo y el progreso de la sociedad en general.