REALIDAD Y FANTASía

Las secuelas de la pandemia

María Cristina de Carías

María Cristina de CaríasArchivo LD

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maría cristina de caríasEspecial para Listín Diario
​Santo Domingo

No sé si será ilusión o el comienzo de algún otro virus de los que nos asechan y nos complican la vida, sin que podamos defendernos.

Ahora resulta que la famosa vacuna contra el Covid no sirve para nada, o mejor dicho sirve para que nuestro organismo cargue con no sé cuántas complicaciones.

El hijo del asesinado senador Robert Kennedy consiguió apoyado por cientos científicos de todo el mundo que la Corte Suprema de Estados Unidos declarara que la vacuna no era tal.

Esto no lo publicaron los despachos de prensa, pero sí las redes de internet. Tenemos en el momento una serie de dolencias derivadas de la dichosa vacuna.

Mi casa parece un hospital; primero estuve quebrantada y ahora le tocó el turno a Emma, definitivamente, el eclipse o las leyendas sobre este deben tener algún fundamento. Hay una serie de dolencias, martirizando al pueblo en general. Ya sea el dengue o las secuelas de la pandemia, debemos proveernos de una serie de medicamentos y por supuesto de hierbas tradicionales para cualquier mal que nos aqueje. Esas cocciones sirven para todo, desde un catarro hasta los malestares del estómago, para no hablar de los achaques propios de la edad.

Me he informado en internet, como se estila hoy en día, y como resultado he podido elaborar varios cocidos de hierbas, los que mi abnegada cocinera se ha bebido sin protestar.

Esta docilidad no me gusta, presiento una reacción maligna que se traducirá en un mal humor de marca mayor, durante un par de días, en cuanto la enferma reúna fuerzas para salir de la cama.

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