Juegos electrónicos

“En República Dominicana hay desarrolladores de videojuegos muy buenos a nivel técnico y empírico”

A pesar de enfrentar dudas, Gabriel Veras siguió su pasión y se convirtió en el primer licenciado en diseño y desarrollo de videojuegos registrado en el país. El joven profesional destaca el potencial económico y las oportunidades de empleo que esta millonaria industria puede ofrecer a RD.

Diseñador trabaja en la creación de un personaje en 3D.

Diseñador trabaja en la creación de un personaje en 3D.Getty Images

En 2020, durante el confinamiento por la pandemia, el dominicano Gabriel Veras comenzó a toparse en redes sociales con anuncios que promovían una licenciatura en diseño y desarrollo de videojuegos impartida en una academia mexicana.

Este ingeniero en sistemas, por entonces de 29 años, se debatió entre su pasión de toda la vida y el miedo a regresar a las aulas -aunque ahora en modalidad virtual- para cursar una segunda carrera.

Su esposa -una colombiana que fue jugadora profesional de videojuegos- y sus amigos lo animaron a dejar a un lado el temor y a seguir su sueño.

Fue así como, en enero del 2024 y tras tres años de estudios en la Universidad Carolina, de México, se graduó, convirtiéndose en el primer licenciado en diseño y desarrollo de videojuegos registrado en la República Dominicana.

Videojuegos, una industria en auge

Veras destaca el potencial económico y las oportunidades de empleo que la industria de los videojuegos puede ofrecer a la República Dominicana, pues se trata de un negocio que mueve miles de millones de dólares globalmente cada año. Y continúa creciendo.

Además, el joven profesional resalta el talento local en este campo y la posibilidad de crear una marca país a través de la producción de videojuegos.

En el país, donde el desarrollo de videojuegos se estudia a nivel técnico superior en diplomados, no de licenciatura, “hay muchos desarrolladores de videojuegos, y muchos son muy buenos a nivel técnico y empírico”, afirma Veras, que comenzó experimentando y modificando juegos en su adolescencia.

Un creador de videojuegos tiene frente a sí un amplio campo profesional, que incluye el diseño de portadas, el modelado 3D, las experiencias virtuales, el Metaverso, entre otras áreas.

Su mercado no se limita al local, sino que puede trabajar de forma remota para empresas internacionales.

Desarrolla videojuego dominicano

La obtención del título universitario como diseñador y desarrollador de videojuegos es un paso en un trayecto más largo.

Al estudiar la carrera de sus sueños, Veras tenía entre sus metas la creación de un estudio de desarrollo de videojuegos netamente dominicano.

Actualmente, dirige un equipo de siete personas con el cual ha estado trabajando durante más de un año en un concepto de juego ambientado en la época de la Independencia Nacional, cuya versión beta espera lanzar a finales del 2024.

“No será cien por ciento basado en la historia, porque es algo que, más en esta época, causaría mucha fricción; pero sí estamos buscando reflejar ciertas historias creadas por nosotros, pero como hubieran sido en ese punto histórico”, explica.

El videojuego, “The Independences: Blood & Freedom”, estaría disponible para computadora y para Xbox.

Gabriel Veras está cumpliendo su sueño como desarrollador de videojuegos, pero ¿qué tal le va como jugador? “Soy malísimo”, admite.

Gabriel Veras está cumpliendo su sueño como desarrollador de videojuegos, pero ¿qué tal le va como jugador? “Soy malísimo”, admite.LEONEL MATOS / LISTÍN DIARIO

Anima a otros a perseguir sus sueños

Ya sean los juegos electrónicos o cualquier otra rama, Veras insta a las personas a salir de su zona de confort e ir tras sus sueños como él lo hizo.

Si bien su primera profesión, que todavía ejerce (es coordinador de desarrollo de aplicaciones de una institución estatal), le permitió laborar en empresas en las que no le iba mal económicamente, siempre se sintió “incompleto”.

Hacer una segunda carrera tuvo sus retos (entre ellos, combinar trabajo y estudios, y compartir aula con estudiantes mucho más jóvenes), pero en un punto se dijo: “Si no lo hago ahora, ¿en qué momento lo voy a hacer?”.

“Al final uno lo que tiene es un miedo a salir de su zona de confort”, comenta. “Cuando uno se acostumbra a la zona de confort, ese paso de salir de esa zona se hace cada vez más incómodo, pero la satisfacción personal de lograr eso, o por lo menos dar esos primeros pasos hacia tus sueños, eso es espectacular”.