Educación superior
El papel de los padres en el éxito académico de sus hijos universitarios
Su rol debe equilibrar apoyo emocional, participación activa y orientación práctica. Terapeuta infanto-juvenil ofrece algunos consejos para lograr esta combinación
Cuando los hijos están en la transición a la adultez, asumiendo nuevas responsabilidades, probando su independencia y estudiando en la universidad, es natural que los padres se pregunten cuál es su papel ahora que ya no son niños o adolescentes. Ese proceso de adaptarse a los cambios que vienen con el crecimiento de los hijos y aprender a encontrar el equilibrio entre brindarles el apoyo que necesitan y fomentar que desarrollen su autonomía puede ser un reto.
Definitivamente, el rol de los padres nunca termina, sin embargo, se va transformando en las distintas etapas de la vida de sus hijos. En esta, que coincide con la transición de la adolescencia a la adultez, ese rol sigue siendo vital, pero requiere reajustes, como explica Michelle Lizardo, terapeuta infanto-juvenil y directora del Decanato de Estudiantes de Unibe.
“En este periodo, los hijos necesitan tomar decisiones y asumir consecuencias, necesitan conocer sus habilidades para la resolución de problemas y sentirse capaces”, asegura.
El papel de los padres es una combinación de apoyo emocional, participación activa y orientación práctica para fomentar su crecimiento personal y el éxito académico. Algunas formas de lograrlo, son:
Mantener una comunicación abierta. Esta es una etapa en la que las dinámicas familiares cambian. Por esta razón, crear un clima de confianza y mantener líneas abiertas de comunicación a medida que los hijos ganan independencia, es clave para mantener la conexión. Estar disponibles para eschucharlos, sin juicios, va a permitir “que el joven esté dispuesto a mostrar sus nuevos intereses, comentar sobre sus experiencias e incluso cuestionar posturas de la familia en un ambiente de respeto”, explica Michelle Lizardo.
Mostrar interés en su nueva vida y dar apoyo emocional. Conversar de manera regular sobre sus actividades y logros, respetando su espacio personal, y escuchar sus preocupaciones y desafíos con empatía, contribuye a mantener un vínculo sólido, aun cuando las dinámicas familiares cambian.
Motivar la autonomía y la responsabilidad. Aunque el nivel de involucramiento en su vida académica no sea el mismo que cuando estaban en la secundaria, puedes orientarlos para que hagan un uso responsable de su independencia. Trata de motivarlos a establecer hábitos de estudios efectivos, gestionar bien su tiempo y a mantener una rutina sana en su día a día.
Alentar la exploración profesional. Promover que exploren sus distintos intereses, participen activamente en la vida universitaria a través de asociaciones, clubes o deportes, y tomen decisiones informadas sobre su trayectoria académica es una excelente manera de apoyar. El conocimiento es poder y esta es una etapa para fomentar su empoderamiento.
Respetar sus decisiones académicas y laborales. Los hijos a veces escogen caminos distintos a los que ideamos para ellos, sin embargo, es clave tratar de comprender, pero sobre todo, respetar y aceptar sus decisiones. Esa es otra manera de promover su autonomía, su responsabilidad e independencia.
La clave es adaptarse a las necesidades individuales de los hijos a medida que van creciendo y estar dispuestos a ajustar la forma de apoyo según evolucionan las circunstancias. Sin embargo, no siempre es fácil. Si sientes que no estás logrando conectar con tu hijo en esta etapa, date la oportunidad de buscar ayuda. Michelle Lizardo afirma que será más sano reconocer si como padre necesitas ayuda de un profesional que perder el vínculo, su respeto o su confianza.