Folcloreando
La transculturación es un elemento de la dinámica cultural
El árbol de Navidad no es originario de Latinoamérica, pero lo hemos asumido y puesto un sello.
Cada vez que se acerca la temporada navideña muchas familias dominicanas residentes en el país se toman fotos con sus pijamas imitando a los norteamericanos que viven en Estados Unidos. La diáspora dominicana y ya algunas empresas lo están asumiendo también, llenándose las redes de fotografías de los colores propios de la época, deseando feliz Navidad.
Algunas personas critican estas “piyamadas” y las consideran como pérdida de identidad, que estamos “copiando de los gringos”, que debemos enfocarnos más en nuestras costumbres y tradiciones y pregunto: ¿Saben el origen del árbol de Navidad, de los pasteles en hoja, de los aguinaldos, de las uvas y las manzanas?
El árbol de Navidad no es originario de Latinoamérica, pero lo hemos asumido y puesto un sello. Tenemos una réplica que nos pertenece y es el charamico, que la clase más humilde decora colocándole algodón para simular la nieve. Así mismo sucede con las piyamadas, y, aunque vivimos en un país tropical, en diciembre se siente una brisa fría y es un motivo para justificarlas.
Los bombillitos, Santa Claus (ahora Santa), las tarjetas de Navidad (que ya no se usan), las manzanas y las uvas nos llegaron con la primera intervención norteamericana (1916-1924); los pasteles en hojas, según algunos investigadores, nos llegaron de Puerto Rico y si sigo no terminaría esta columna. ¡Ah! Los aguinaldos, canciones populares con contenido navideño e interpretados con güira y tambora, son la misma parranda o trulla que nos llega de la Isla del Encanto, como otras costumbres.
Esas críticas llegan de los mismos paisanos, que se sienten más dominicanos cuando emigran, principalmente a Estados Unidos y a Europa y comienzan a hacer comparaciones del antes y el después, desconociendo que la cultura se dinamiza, se transforma, y lo importante es que haya diversidad sin perder la identidad.