Fábulas en alta voz

Una oración como regalo de Navidad

Marta Quéliz

Una persona muy querida me llamó por teléfono para reiterarme el afecto que me tiene. Valoré tanto ese gesto, sin olvidar que también le di importancia a que me hiciera una llamada en tiempos en los que con una nota de voz resolvemos cualquier cosa. Fue tan reconfortante escucharla al otro lado y a la distancia, decirme: “En esta Navidad, de regalo te tengo una oración por ti y los tuyos”. Oír eso me arregló estos días, y no lo niego, me ayudó a ponerle color a la época.

Nada material

Cuando mi entrañable amiga me externaba sus sentimientos hacia mi persona, por mi mente pasaban tantas cosas, sobre todo, comparaciones entre la importancia que tienen estos detalles por encima de lo material, y de verdad, la reflexión fue enriquecedora. Esto me hizo ver que, aunque tengamos dinero para halagar a alguien con un obsequio tangible, podemos mandarle un mensaje de cariño, hacerle una llamada o simplemente darle un abrazo si se tiene la oportunidad de ver a esa persona. Algunos, tal vez no lo aprecien, pero de seguro que hay muchos otros que valorarán y atesorarán un gesto de amor en estas fiestas de Navidad.

Un paseíto rápido y fabuloso

Para ver qué tal funcionan los regalos basados en muestras de afecto, me fui con mi amiga a una ciudad fabulosa donde lo que abunda es precisamente, este tipo de detalle. Lo definen como algo que perdura en el tiempo, que se lleva en el corazón, que se siente bonito, que te inspira y te lleva a ver la vida de otro modo. Allí se aprovechan las épocas como la Navidad hasta para sacar tiempo e ir a tomarse un café con un vecino, amigo o compañero de trabajo. La misión es no dejar que se muera la magia de los buenos sentimientos. Por eso es que allí todos son felices, y el sentido de competencia, no existe. Lo que abunda es amor.

Copiar lo bueno

Al regresar de aquel paseíto, decidí copiar este buen ejemplo. Mi amiga no tuvo que hacerlo, pues al parecer está viviendo en una ciudad fabulosa, porque fue ella quien me prendió el bombillito de lo hermoso que es regalar afecto y buenos deseos en Navidad o en cualquier época del año. Le pedí permiso para yo también orar por ti en estas pascuas, pidiendo al Todopoderoso que te colme de su gracia, que te premie permitiéndote ver con el nacimiento de Jesús, unos días más diáfanos y venturosos. ¡Feliz Navidad!

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