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FÁBULAS EN ALTA VOZ

¿Competitivo o competente?

Marta Quéliz, editora L2

Marta Quéliz

Aunque parezca lo mismo, no lo es. Estos dos conceptos son muy distintos. La persona competitiva busca sobresalir, persigue el reconocimiento y estar por encima de los demás. El competente trata de poseer cualidades personales y conocimientos profesionales para lograr un buen desempeño. De hecho, le gusta muy poco el protagonismo. Como hay de todo el la viña del Señor, en nuestra realidad vemos cómo “compiten” estos aspectos que, quiérase o no, pueden definir a alguien y dejarle mal o bien parado ante los ojos de los demás.

Cuestión de personalidad

Como lo que soy es periodista, no psicóloga, le pregunté a un amigo muy querido respecto a estos dos conceptos. En efecto, me dijo que a quienes les gusta competir y todo en su vida lo convierten en una especie de competencia, tienden a ser un tanto egocentristas. Les gusta llamar la atención y que les reconozcan sus talentos y fortalezas. En cambio, quienes apuestan a ser competentes, valoran lo importante que es quedar bien en todo lo que hagan, no para que se lo reconozcan, sino para la obtención de los mejores resultados. El experto se refirió de manera puntual al aspecto laboral. “Hay gente que vive de las competencias y de hecho se prepara para ganar, porque ese es su trabajo o su misión en determinados momentos. Es decir, que no podemos confundir el espíritu competitivo de un atleta, por ejemplo, con el afán de brillar que asumen algunos frente a compañeros de trabajo”. En el tenor que lo aborda, dice que es cuestión de personalidad.

Un viaje hacia la humildad

Comprendido el punto tratado, quise llevar a Kenia a una ciudad fabulosa, donde todo se basa en las competencias que tengan las personas para ser competentes. El espíritu de competir lo reservan para quienes van a concursos, a juegos, a festivales... nunca para quienes desempeñan un puesto equis en una empresa. En aquel lugar, los colaboradores saben hacer uso de este nombre. Todos centran su atención en colaborar para que las cosas salgan bien y se trabaje en equipo, nunca en grupo. El “grupismo” no aplica allí porque termina siendo el talón de Aquiles para que se desarrolle un ambiente competitivo.

Logros comunes

Estando en aquel lugar fabuloso, Kenia se dio cuenta de que la obtención de conocimientos es primordial para ser competente. Serlo implica una mejoría no sólo personal, sino también profesional, pues se traduce en unos logros comunes que, sin pretensión alguna, favorecen a todo el personal de una empresa. Durante su viaje notó que, sin duda, ser competente beneficia a todos, mientras que ser competitivo divide y puede crear malestar en cualquier ambiente laboral. Por eso al llegar a su realidad, se sintió feliz de haber traído a sus compañeros de trabajo, la bonita experiencia que vivió en aquel lugar donde competir no tiene cabida en el escenario laboral.

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