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¿Cómo honramos a nuestros antecesores?

El Día de Todos los Santos, el Día de los Fieles Difuntos y Halloween son tradiciones cuyos orígenes se remontan siglos atrás.

Altar con ofrendas en el Día de Muertos, en México.

Altar con ofrendas en el Día de Muertos, en México.Getty Images

El Día de Todos los Santos es una festividad cristiana que se celebra el 1 de noviembre de cada año. Esta fecha se inició para honrar a todos los santos y mártires cristianos que no tienen un día específico de celebración. El origen de esta festividad se remonta al siglo IV, cuando el papa Bonifacio IV consagró el Panteón de Roma como una iglesia cristiana y lo dedicó a la Virgen María y a todos los mártires cristianos.

El Día de los Fieles Difuntos, como se le conoce en República Dominicana, también conocido como el Día de los Muertos, cuando acostumbramos a llevar flores a las tumbas, orar y encender velas, se celebra el 2 de noviembre. Al igual que en México, el Día de los Muertos es una de las festividades más importantes del año, y sus raíces provienen de las tradiciones prehispánicas de América Latina. Se celebra con coloridos altares, ofrendas de comida y bebida, y la icónica figura de la Catrina. Esta festividad es una forma de honrar a los muertos y celebrar su vida y legado. En 2008, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, en esta celebración, En sus altares, pueden incluir fotografías, flores, velas, comida y bebida favoritas del difunto. Las ofrendas se hacen con la intención de guiar a los espíritus de regreso al mundo de los vivos para que puedan disfrutar de las ofrendas que se les han preparado. También es común hacer máscaras y disfraces, y se llevan a cabo desfiles y bailes para celebrar la vida y la muerte.

Halloween, por otro lado, es una festividad que se celebra el 31 de octubre, cuyo nombre proviene de “All Hallow’s Eve”, que significa ‘víspera del día de Todos los Santos’ y aunque tiene algunas similitudes con el Día de los Muertos, tiene su origen en la cultura celta, se celebraba como el final del verano y el inicio del invierno. Los celtas creían que, en esta noche, los espíritus de los muertos regresaban a la Tierra para causar problemas y dañar las cosechas. En Halloween, es común encontrar elementos como calabazas talladas con figuras aterradoras, disfraces de monstruos y brujas. La calabaza tallada, conocida como “Jack-o’-lantern”, se originó en Irlanda como una forma de ahuyentar a los espíritus malignos en la noche. Con el tiempo, Halloween se convirtió en la festividad comercial que hoy conocemos. Los colores tradicionales, negro y naranja, también se remontan al Samhain. Para los celtas, el negro representaba la “muerte” del verano, mientras que el naranja simbolizaba la temporada de cosecha de otoño.

Es interesante señalar que estas celebraciones se realizan bajo el período de Escorpio, signo del zodíaco relacionado con la muerte y la resurrección, durante este tiempo hay una inclinación a la transformación y a que salgan de nuestras vidas, como hojas de otoño, situaciones caducadas. Se cumple el axioma que dice que “como es arriba es abajo”. Una vez más podemos observar el vínculo que existe entre las tradiciones a la vez que guardan una relación con el gran libro de los Cielos.

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