Salud mental
¿Cambio en la filosofía de vida ayuda a superar los pensamientos suicidas?
Con las estrategias de afrontamiento y el apoyo adecuados, es posible encontrar la paz interior y fuerza para crear un futuro mejor.
Los pensamientos suicidas pueden ser una experiencia aterradora y abrumadora. Es importante saber que muchas personas luchan con este tipo de pensamientos que se enquistan en la mente, a veces de forma recurrente como flash o con suficiente tiempo para la persona planificar cómo llevar el evento a cabo. No debemos ignorar un comentario de una persona alusivo a esa intención. Lo puede ejecutar.
Esas crisis se pueden sobrepasar y, regularmente, las personas que han logrado superarlas se alegran de haber fallado o desistido en sus intentos, ya sea porque encuentran paz o porque experimentan vivencias maravillosas derivadas de encontrar un propósito de vida o alegría de vivir.
Los desencadenantes más frecuentes de los pensamientos suicidas incluyen desasosiego, trastornos, situaciones traumáticas y factores estresantes que ocurren regularmente en la vida de una persona, con frecuencia dificultades financieras, incapacidad para lidiar con frustraciones afectivas, luchas de poder, sentir que no puede sostener más una situación, debilidad ante las circunstancias por las que está pasando, sentir desamparo y falta de apoyo, llegando a la desesperación. La persona puede sentir que no tiene un vínculo con los demás.
Para lidiar con este momento una persona debe procurar buscar ayuda profesional urgente, para que juntos puedan encontrar y desarrollar estrategias de afrontamiento que incluyan contactar a personas cercanas o amigos, hacer actividades físicas y ejercicio. Escribir en un diario a mano puede ser profundamente sanador y terapéutico. Además, encontrar en el proceso oídos entrenados que ayuden a ver nuestra totalidad, con frecuencia, nos permite ver que las soluciones están a nuestro alcance. Cuando nos vemos en el espejo, solo vemos una cara del diamante que estamos puliendo. Nuestros allegados observan otros factores, perspectivas y dones que posiblemente nosotros mismos no somos capaces de distinguir.
Nuestra sociedad urge de ciertas transformaciones en la filosofía de vida que agregue el desarrollo de fortalezas espirituales que sirvan para los momentos desérticos de nuestras vidas. Las ambiciones desmedidas procedentes de creer que somos lo que tenemos han ocasionado que las personas solo piensen en demostrar a otros lo que tienen o son capaces de tener.
En el transcurso de nuestras vidas siempre vienen ciclos, y nuestras mayores fortalezas se desarrollan en los momentos en que requerimos vencer nuestros egos, y nos vemos obligados a desarrollar nuestra creatividad para salir adelante. Pensar más en las soluciones y menos en los porqués resulta útil. Buscar actividades gratificantes para nuestro espíritu, rodearnos de personas vitaminas y actividades que llenen nuestra alma.
Hacer de la gratitud un hábito, ante cualquier situación por desagradable que parezca, es esencial para apreciar lo que tenemos. Es fundamental bendecir nuestros procesos y, no menos importante, el de los demás. Cada uno tiene sus propios dones y cruces, luces y sombras; la forma de manejarnos será la llave.
Los pensamientos suicidas pueden hundirte en el caos, pero con las estrategias de afrontamiento y el apoyo adecuados, es posible encontrar la paz interior y fuerza para crear un futuro mejor. Nosotros solo podemos controlar nuestras acciones, nunca los resultados.