PSICOLOGÍA

Fenómeno del impostor: cuando tu mente te sabotea

Es una experiencia internalizada de duda sobre uno mismo.

Es una experiencia internalizada de duda sobre uno mismo.istock

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BELKIS BATISTAEspecial para Listín Diario 
​Santo Domingo

Cuando se nos presentan oportunidades para elevar de nivel, ya sea que obtenemos una promoción, cambiamos de trabajo, carrera o asumimos un nuevo reto, en ocasiones se nos dispara una “vocecita” que pone en tela de juicio toda nuestra auto-confianza.

Comenzamos a dudar de nuestras capacidades; ¿Daré la talla? ¿Lo haré bien? ¿Soy suficiente? Nos preguntamos cómo llegamos hasta aquí y le atribuimos nuestro éxito a otras personas o factores externos.

El fenómeno que lleva a algunas personas a tener esa sensación de forma recurrente se conoce como Síndrome de Impostor. Una experiencia internalizada de duda sobre uno mismo que produce la subestimación de logros y miedo a ser descubiertos como fraudulentos a pesar de la evidencia objetiva de las competencias (Young, 2011).

Se manifiesta a través del perfeccionismo; cuando establecemos metas y expectativas irreales que resultan inalcanzables. Cuando queremos abarcar más de lo que podemos; cuando pretendemos que tenemos que saberlo todo y que nos tiene que salir bien en el primer intento.

Esto puede afectar nuestro desempeño ya que de tanto sobre-analizar nos paralizamos, procrastinamos, nos abrumamos y evitamos las tareas. O, por el contrario, trabajamos en exceso para demostrar nuestro valor o sentir que somos más productivos.

Esto puede generar ansiedad, estrés y/o burnout afectando nuestra satisfacción de vida a nivel general.

Estrategias para abordarlo

Si es tu caso, te comparto algunas estrategias para abordarlo:

-Abraza esta sensación, ya que es propia del crecimiento.

- Recuerda que la confianza se va desarrollando a medida que le damos a nuestro cerebro evidencia de que podemos hacer las cosas.

- Adopta una mentalidad flexible donde te permitas ser aprendiz en vez de exigirte saberlo todo.

- Establece metas realistas, reconócete y celebra los pequeños logros.

- Toma conciencia de tus fortalezas y apaláncate en ellas. Busca mentoría y retroalimentación para tener una visión más objetiva.

- No tengas miedo a fallar; en el fracaso que tanto temes puedes encontrar tus mayores enseñanzas. Suelta la idea de la perfección y enfócate en tu autenticidad.

La autora es M.A intervenciones en psicoterapia del Grupo Psicológicamente

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