FOLCLOREANDO
Cómo han cambiado los recordatorios o suvenires de los difuntos
Antes lo que se distribuía era un recordatorio de dos cartas al terminar “los nueve días” o el novenario de un difunto. El mismo tenía en la portada un santo o virgen, un crucifijo o la imagen de Jesús. En el interior a la izquierda tenía generalmente la foto del fallecido que aparecía en la cédula y las fechas de su nacimiento y fallecimiento. A la derecha el Salmo 23 o el Salmo 91 y en la cuarta un símbolo religioso.
Una carta de 25 años
En estos tiempos ese recordatorio ha variado, ya no son libritos de cuatro páginas o más, son anverso y reverso. En el anverso está la foto más actualizada, la fecha de nacimiento y fallecimiento y el lugar de celebración de la misa o culto. En el reverso, una oración, un salmo o expresiones de la familia o un escrito que dejó el difunto. Con tristeza recuerdo que mi tío Fabián Pérez dejó una carta, que tenía 25 años redactada.
¿Suvenires?
Ese recordatorio se ha modernizado, sirve como separador de libro y como la cultura se va dinamizando el contenido lo imprimen en pozuelos y camisetas, muchas confeccionadas con una foto del difunto en “transfer”.
Estos recordatorios tienen algo en común con los otros y son la foto del difunto, las fechas de nacimiento, de su fallecimiento y la de celebración del novenario.
Las camisetas
Respecto a los recordatorios, exceptuando las camisetas, aunque impriman una cantidad equis, los dolientes reservan varios, pueden ser 20 o 25, para los familiares y amistades que por la razón que fuere no pudieron asistir.
Una buena repartición
Esa distribución se realiza luego de la misa, cuando se dirigen a la casa de los familiares, después de hacer un brindis de bocadillos y refrescos, porque si los reparten en la iglesia los asistentes a la misa se van directamente para sus respectivas casas y ese día es muy importante, porque es el cierre de ciclo y los familiares continuarán con su vida cotidiana.