Intervención con animales, alternativa positiva para la salud mental y física de las personas

La amistad de los perros con los seres humanos es tan antigua como la agricultura. Por lo que no resulta extraño que estos tengan un impacto positivo en la salud mental y física de las personas, razón por la cual se realizan las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), un tratamiento para mejorar las capacidades de las personas tratadas.

Karen González, presidenta de la Asociación Dominicana de Animales de Terapia y Servicio (ADATS), explica que los perros de intervenciones trabajan con grupos de personas y su campo de acción es bien amplio.

Las acciones con los canes agrupan diversas disciplinas y actividades, como el adiestramiento animal, la psicología, la educación, la neurorrehabilitación, la integración social y la gerontología.

“Los perros de intervención están seleccionados y adiestrados para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, con necesidades educativas especiales y personas en situación de vulnerabilidad”, explica González.

La psicóloga Nora Mejía destaca que “un perro de IAA, no es un perro de terapia. Las IAA son sesiones asistidas con perros donde no necesariamente hay un profesional ni objetivos terapéuticos a tratar”.

Por su parte, González recalca que los perros son un apoyo al terapeuta o co-terapeutas en el proceso de intervención. Además, en muchas ocasiones deben de estar dirigidos o acompañados por educadores o profesionales de la salud.

¿Qué se gana con las Intervenciones Asistidas?

Los beneficios de las IAA van a variar según el tipo de necesidad que tenga la persona o el colectivo.

“Las terapias asistidas con caninos pueden tener distintos tipos de usuarios, tanto niños como adolescentes y adultos con necesidades físicas, mentales, emocionales o cognitivas”, indica Mejía, quien también es directora clínica en el Centro Dominicano de Hipoterapia.

Cuando se trabaja el área cognitiva, se realizan actividades que fortalecen la memoria, los números, conceptos, la concentración, entre otras; en el área emocional, se incrementa la autoestima, ayuda a que afloren las emociones y sentimientos, disminuye la ansiedad y depresión, alivian el estrés, etc.; en el área relacional, se promueve una mejor interacción y socialización con otros usuarios, restaurar la comunicación y relaciones personales; y en el área física, se trabaja la motricidad fina, la motora gruesa, es decir, mejora la movilidad y estado físico de los pacientes.

Además, varias investigaciones demuestran que la presencia de animales se relaciona a la reducción de la presión sanguínea y produce sensaciones de tranquilidad y relajación.

“El perro aporta un elemento lúdico y una gran cantidad de información sensorial diferente a través de su pelo, su olor, su temperatura y sus sonidos. También facilita el acercamiento de terapeuta y paciente, es un motivador poderoso para los pacientes”, continuó la doctora Mejía.

¿Cómo debe ser un perro de IAA?

Existen diferentes perfiles de perros.

Hay caninos que son muy pacíficos y pueden permanecer mucho rato tranquilo y, por ejemplo, son excelentes para trabajar con niños con autismo. Otros son más movidos, que pueden resultar buenos para trabajar en colegios o en actividades más motivadoras.

“El perro de terapia debe ser un animal muy socializado para que no reacciones a distracciones y debe estar familiarizado con los elementos a utilizar en terapia y con aquellos implementos de los usuarios, tales como sillas de ruedas, equipos médicos, etc. Debe ser un animal noble y dócil y que tenga una gran conexión con su guía”, señala Mejía.

Además, se buscan canes sin agresividad hacia otros animales o personas, con buena salud e higiene, que les guste interactuar con gente desconocida y sin actitudes que puedan poner en peligro al destinatario de la terapia.

“Lo más importante en el perro de terapia es que sea un animal de sensibilizado a las personas y a otros animales, así mismo debe tener una buena obediencia básica y un fuerte lazo con su entrenador”, concluyó Mejía.

González destaca que no hay una raza (s) específica para las Intervenciones Asistidas. Los perros pueden ser desde Pitbulls hasta Chihuahuas, aunque siempre habrá razas que por sus aptitudes tienen mayor disposición para este trabajo, como son los Golden Retrievers y Labradores. No obstante, lo fundamental es que el perro haga la labor que se necesita de él.

¿Qué adiestramientos debe seguir el can?

El entrenamiento para fungir como un perro de IAA es el mismo para todos los canes. Y a medida que este se va desarrollando es cuando se ve cuáles son sus cualidades y en que roles se podrían desempeñar mejor.

Para recibirlos deben de tener mínimo un año, buena obediencia básica (sentarse, echarse, quedarse quieto…) y vacunas al día.

“El perro de terapia es un perro que pasa por un entrenamiento extenso, no solo debe tener una buena obediencia, es un perro que debe aprender habilidades sociales, ya que dentro de su trabajo estará en contacto con distintos colectivos, con desafíos únicos y debemos prepararlo para esto”, se lee en la página de Instagram de la ADATS.

González explica que ADATS tiene un curso modular para las personas que junto a sus perros quieren ser técnicos-expertos y “quieren dedicarse realmente a esto”. También tienen un curso para voluntariado que luego de completarlo las personas pueden acompañar a la Asociación al hospital donde ofrecen servicios.

Dentro de los módulos se ven los fundamentos de las IAA, trabajar con distintos grupos poblacionales, perfiles de los perros, role plays, prácticas supervisadas, competencias del guía, adiestramiento con clicker, entre otras actividades.

Sobre ADATS

La Asociación Dominicana de Animales de Terapia y Servicio (ADATS) es una asociación sin fines de lucro que se dedica a realizar intervenciones asistidas con animales, así como el entrenamiento para los mismos. En un futuro esperan trabajar en la entrega de perros de asistencia como ayuda técnica.