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Esto es todo lo que debes saber sobre el celo en las perritas
Este período puede durar de 11 a 18 días y tener una frecuencia de dos a tres veces por año.
El mundo canino se encuentra repleto de maravillas y complejidades, y entre ellas destaca un fascinante aspecto que ha intrigado a expertos y dueños de mascotas por igual: el celo en las perras.
Desde tiempos inmemoriales, este fenómeno ha desencadenado una serie de preguntas sobre su propósito biológico y comportamental, así como su impacto en la salud y bienestar de nuestras leales compañeras de cuatro patas.
Antes que nada, es importante señalar que, a pesar de ser un fenómeno biológico y reproductivo similar a la menstruación de las mujeres, no se le conoce como tal, sino que se denomina celo o ciclo estral.
Ahora bien, ¿a qué edad las perras experimentan su primer celo?
Según el veterinario Abraham Frías, “el primero puede ser tan temprano entre cinco meses a seis meses o tan tarde como 18 a 24 meses, dependiendo de la talla de la hembra y de si son razas pequeñas, medianas o grandes.”
En ese sentido, en las razas pequeñas la aparición del ciclo estral es más temprana, debido a que es entre los cinco o seis meses, afirmó el experto.
Durante este período, que puede durar de 11 a 18 días y tener una frecuencia de dos a tres veces por año, los cambios hormonales provocan transformaciones físicas y comportamentales en las perras, lo que a menudo se traduce en una conducta más territorial y en la emisión de feromonas que atraen a los machos cercanos.
Cuidados durante el celo
“Los cuidados específicos que se deben tener en ese período del celo son cuidados básicos de alimentación, en el ambiente y monitoreo ante cualquier signo de fiebre, decaimiento e inapetencia (pérdida del apetito)”, aseguró el veterinario.
Por otro lado, la alimentación que se le debe proporcionar a la perrita durante el ciclo estral dependerá si se quiere gestar o no. Es decir, en el caso de que no, la alimentación no sufrirá cambios significativos. Sin embargo, si se planea que sea lo contrario, es fundamental optar por una dieta más balanceada.
Aparte de los signos mencionados con anterioridad, que indican problemas durante el ciclo, Frías también señaló que los dueños deben supervisar que la secreción que expulse la hembra sea sanguinolenta, en vez de purulenta o más oscura, ya que esto podría ser una alarma para visitar un veterinario.
Además, dos datos interesantes compartidos por el experto son que las perritas no sienten dolor durante el celo y que los mismos suelen disminuir a partir de los siete u ocho años.
Esterilización
Las perritas pueden ser esterilizadas tanto cuando presentan algún problema en específico o como prevención.
“Los casos en que se recomienda la esterilización son en perritas que no vamos a quererlas como reproductoras, perritas con alguna alteración hormonal, ovárica o en el útero, así como preventivo para la aparición de esas enfermedades ováricas y uterinas, por ejemplo, como la piometra.”
Cuando se somete a las perritas a este proceso de esterilización, no experimentan cambios específicos en el comportamiento, más allá de la desaparición de la ovulación, de acuerdo con palabras del veterinario.