El 61% de especies en peligro en República Dominicana son endémicas
Por cada 2,000 kilómetros cuadrados hay en promedio cinco especies endémicas en República Dominicana.
Hasta hace cuatro años República Dominicana tenía al menos 424 especies de fauna en amenaza: 69 en peligro crítico, 95 en peligro y 260 en vulnerable.
Por cada 2,000 kilómetros cuadrados hay en promedio cinco especies endémicas en República Dominicana. El 61 por ciento del total de amenazadas es endémica del país, según estadísticas extraídas de “La Lista Roja de especies de fauna en peligro de extinción, amenazadas o protegidas de República Dominicana”, del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
En comparación con 2011, en 2018 la cantidad de animales en la lista aumentó en un 51 por ciento.
El Ministerio de Medio Ambiente justifica la cifra con que, para la fecha del estudio, se había incrementado los niveles de conocimientos para evaluar más especies que siete años antes.
La lista fue enumerada bajo las categorías de amenaza utilizadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Dentro de esta se indica que tres niveles: peligro crítico (PC), peligro (EN) y vulnerable (VU), que determina la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Hasta ese último estudio, publicado en julio de 2018, el reptil era la especie más amenazada con el 28 por ciento de los casos.
Los insectos están en segundo lugar con 24 por ciento; los anfibios y moluscos tuvieron ambos el 13%; los arácnidos el 9%; las aves el 4 % ; y los peces óseos y mamíferos entre el 3% y el 1%, respectivamente.
Reptiles en peligro
Aunque están distribuidos en todo el territorio nacional, las regiones suroeste y noroeste tienen una gran concentración de especies de reptiles.
La iguana de Ricord (Cyclura ricordii), la tortuga verde (Chelonia mydas) y la jicotea sureña están en la categoría de peligro. Y, el cocodrilo americano, en peligro crítico.
Cristian Marte, biólogo experto en reptiles, explicó a reporteros de Listín Diario que las causas de su amenaza es que “tienen distribuciones muy restringidas y eso hace que puedan afectarse poblaciones en lugares muy específicos”.
Indicó que estas especies juegan un papel importante en el equilibrio ecológico de los ecosistemas, pues actúan como control biológico de plagas que afectan los cultivos agrícolas y la salud humana.
Asimismo, el biólogo marino del Acuario Nacional, Francisco de los Santos, señaló que los cocodrilos americanos también se ven afectados por el aumento de las lluvias del lago Enriquillo.
“Fue un proceso natural, agarró todos los nidos donde ponían los cocodrilos y los inundó y no encontraban donde colocarse”, explicó De los Santos.
Los reptiles en especies en amenaza que están son la iguana rinoceronte (Cyclura cornuta) y la jicotea sureña (Trachemys decorata) en vulnerable; en peligro crítico están la iguana de Ricord (Cyclura ricordii) y el cocodrilo americano (Cocodylus acutus).
Además, la tortuga Carey en peligro crítico; la tortuga verde en peligro; así como la hicotea sureña y norteña, ambas en estado vulnerable.
Así como la pitón burmesa (Python molurus bivittatus) y la serpiente corredora criolla (Haitiophis anomalus), en vulnerable.
Anfibios en peligro en República Dominicana
Los anfibios se encuentran distribuidos en todo el país, pero la mayor parte está en la cordillera Central y la sierra de Bahoruco. En resumen, 36 de los anfibios en amenaza son endémicos.
Los que están bajo mayor amenaza son el sapo de armadura (Peltophryne armata), en peligro crítico; el sapo crestado del este (Peltophryne fracta) y la rana de las rocas de Barahona (Eleutherodactylus alcoae) ambas en peligro. Así como el sapo crestado del sur (Peltophryne guentheri) y la rana pulcri (Osteopilus pulchrilinneatus), en estado vulnerable.
Cristian Marte, biólogo experto en anfibios, indicó que las principales razones de su estado de peligro son la pérdida y la degradación de hábitat.
“En la isla muchos anfibios tienen distribución restringida a áreas específicas, la deforestación para diferentes fines provoca que los anfibios se encuentren en estos niveles de amenazas”, informó.
Asimismo, enumeró que las especies introducidas y la contaminación son sumamente peligrosas para ellos por el tipo de piel que tienen. “Los anfibios respiran a través de la piel, por lo que cualquier impacto que tenga el hábitat se va a reflejar mayormente en estos animales”.
Aves en peligro
La lista roja contiene 42 aves en diferentes categorías.
Entre las que están el Gavilán de la Española (Buteo ridgwayi), en peligro crítico; la grulla coronada (Balearica regulorum), la cacatúa blanca (Cacatua alba) y la cotorra gris (Psittacus erithacus), en peligro. Así como el faisán venerado (Syrmaticus reevesii) y la cotorra de la Hispaniola (Amazona ventralis), ambas en vulnerable.
Hodali Almonte, curadora de la colección de aves del Museo de Historia Natural, dijo que muchas aves son dispersoras de semillas y juegan un papel importante en la reforestación natural de los bosques.
En la actualidad, el gavilán de la Hispaniola es el ave más amenazada de República Dominicana y del Caribe.
“Es un ave rapaz, un depredador que se alimenta de otras especies que también ejerce un rol importante porque mantiene el equilibrio de la cadena trófica y también permite que los ecosistemas funcionen bien”, indicó Almonte.
Asimismo, otras aves se alimentan de insectos y son controladoras de plagas que pueden ser dañinas para la agricultura y generar grandes pérdidas económicas en el medio ambiente, explicó la bióloga Almonte.
Las principales causas de su amenaza es la destrucción de hábitat, caza y comercialización.
Los murciélagos, entre las especies más importantes del medio ambiente
Los murciélagos representan más del 60 por ciento de la fauna nativa de mamíferos de toda la región. Sin embargo, en el territorio nacional diez se encuentran bajo amenaza y uno en peligro crítico: el murciélago (Nyctinomops macrotis).
Miguel Núñez, biólogo y curador de la colección de mamíferos del Museo de Historia Natural, indicó que esta especie es conocida por ser polinizadora.
“Cada vez que te comes un plátano o un guineo estás comiendo baba de murciélago, porque hay una especie particular que tiene la lengua larga que se parece a la de un colibrí. Ese murciélago es el que poliniza las flores de las musáceas y, a su vez, poliniza muchas plantas de cactáceas”, dijo el experto.
Además, tiene la función de controlar plagas e insectos.
“Un murciélago en una noche se puede comer hasta 300 mosquitos. Una colonia de murciélagos de las que es numerosa puede tener hasta un millón de individuos…
Vamos a imaginar un mundo en el que no existen murciélagos. La cantidad de mosquitos fuera abismal”, indicó Núñez.
El tráfico y la degradación de ecosistemas que han sido parte de los factores que lo han llevado al peligro.
Mayoría de especies se encuentra en el suroeste del país
El Ministerio de Medio Ambiente informó que las evaluaciones que han realizado señalan que República Dominicana es propensa a la alta pérdida de ecosistemas naturales.
Según resumió Gloria Santana, encargada del Departamento Vida Silvestre de Medio Ambiente, la biodiversidad tiene una función en el desarrollo nacional y que, sin esta, se afecta el desarrollo de un país.
“Sin biodiversidad, el país no tiene desarrollo, porque de ahí sale el agua a nivel local y nacional, si no hay árboles no hay producción y eso tumba la economía”, señaló en una entrevista con Listín Diario.
Las especies no pueden subsistir si se destruyen sus hábitats. Y este factor es el que más afecta a las especies que ahora están dentro de la lista roja.
Según la bióloga, la zona del país donde se encuentra la mayor cantidad de biodiversidad y, por ende, de especies amenazadas es el suroeste por sus condiciones biofísica.
Cifras mundiales
De acuerdo con el Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, más de 40,000 en todo el mundo están bajo amenaza de extinción.
Los anfibios ocupan el primer lugar con el 41 por ciento; los tiburones y las rayas con un 37 por ciento; 34 por ciento de las coníferas; 33% de los corales formadores de arrecifes; 26% de mamíferos y 13% de aves.
¿Cuáles especies se han extinto en el país?
Desde la existencia de la isla Hispaniola se ha registrado la extinción de al menos 28 especies: 20 mamíferos y 8 reptiles. Y, solo en el siglo XXI, el planeta ha perdido al menos 581, según detalla la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).
A pesar de que el biólogo dominicano Carlos Suriel, del Museo de Historia Natural profesor Eugenio de Jesús Marcano, dijo que “la extinción es un proceso natural de la vida misma”, el cambio climático y la destrucción de hábitat son dos de los factores más alarmantes que han contribuido a que en la actualidad se acelere la desaparición de más y más animales.
Durante los últimos siete años Juan Almonte, técnico curador de fósiles del Museo de Historia Nacional profesor Eugenio de Jesús Marcano, ha encontrado cientos de fósiles de especies extintas en diferentes puntos de República Dominicana.
Tienen más de 8,000 especímenes listos, pero dentro del laboratorio hay miles y miles en el proceso curatorial, según explicó.
Pero, ¿cómo se determina si una especie ha desaparecido? El curador indicó que se examinan investigaciones anteriores para saber cuáles animales ya no están presentes.
Hay dos tipos de extinciones: extinto de la vida silvestre, que es “cuando solo sobrevive como poblaciones fuera de su distribución original”. Y extinto “cuando no queda ninguna duda razonable de que el último individuo ha muerto”, señala la IUCN.
El biólogo Almonte dijo que, de acuerdo con sus investigaciones, solo quedan tres especies de mamíferos endémicos: el solenodonte de La Española (solenodón paradozu) y jutía de La Española (plagiodontea aedium), ambos en la categoría de peligro.
También expresó que aproximadamente siete especies de perezosos han desaparecido, tres especies de nezofontes y 13 roedores.
A través del tiempo la isla ha perdido dos especies de primates endémicos incluido el mono de la Española (Antillothrix bernensis), fósil que fue encontrado por biólogos del Museo y que describen como una los “especímenes más completos que se han encontrado en toda el área del Caribe”.
“La niña bonita del Museo”, como lo catalogan de cariño, fue encontrada en cuevas sumergidas junto a otras tres cabezas “bien conservadas” de la misma especie.
Otros fósiles extintos que tiene el museo son los del perezoso parocnus, el más grande de la Hispaniola, así como del antillano (Acratocnus); y tres especies de neocnus.
A inicios del mes de abril de este año, el equipo del Museo de Historia Natural se trasladó a un depósito fosilífero de 7.4 millones de años que se encuentra en Los Haitises, donde recuperaron el caparazón de una tortuga extinta y dientes de cocodrilos (gaviálidos).
Según señaló, la zona donde han encontrado más fósiles es en el este del país, por su gran cantidad de cuevas sumergidas.
Medio Ambiente también informó que la cueva de San Francisco (Bánica) tiene grandes depósitos de murciélagos fósiles con más de 500 cráneos del murciélago frugívoro (Phyllops falcatus).
“El Museo de Historia Natural es el único que tiene permisos para coleccionar especies de esa naturaleza, porque los museos, en el caso de nosotros y otros, mantienen intercambios científicos nacionales e internacionales”, indicó el experto.
¿Cómo es la curación de estas especies?
En el caso de que las especies estaban dentro de una cueva seca, el fósil solo debe limpiarse y consolidarse. Sin embargo, con las cuevas sumergidas pasan por diferentes procesos.
“Al estar tan frágil los llevan en un cubo con agua de allá y entonces van cambiándole a agua destilada, que le saca la impureza al hueso, proceso que dura entre tres y cuatro días”, aseguró.
Luego pasa a alcohol isopropílico 95% para terminar de extraer toda la humedad.
Durante todo el proceso el hueso no puede recibir luz del sol, porque de hacerlo se evapora.
Posteriormente, los que son usados para pruebas de ADN son sumergidos en acetona al 99% para no dejar humedad y que el hueso se fortalezca.
Por último se consolida para colocarlos en exhibición y poder estudiarlos.