Unos 17 países enfrentan un estrés hídrico extremo, según estudio
¿Has pensado qué pasaría si te quedaras sin agua potable? Los embalses en Chennai, la sexta ciudad más grande de la India, estaban casi secos en 2019. Un año antes, los residentes de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, estuvieron a punto de declarar el “Día Cero”. Por primera vez una ciudad del mundo parecía estar obligada a detener el abastecimiento debido a la escasez de agua. Y en 2017, Roma racionó el agua para conservar sus escasos recursos.
“Las crisis de agua que alguna vez fueron impensables se están volviendo comunes”, apunta un análisis de World Resources Institute (WRI), organización que investiga los recursos del planeta.
Aun cuando hay suficiente agua dulce en el planeta para satisfacer las necesidades de una población mundial de cerca de siete mil millones de personas, su distribución es desigual tanto en el tiempo como en el espacio, y mucha de ella es desperdiciada, contaminada y manejada de manera insostenible.
La escasez de agua es un fenómeno natural, pero también un fenómeno inducido por los seres humanos, alerta la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en su informe “Abordar la escasez y calidad del agua”.
“Unos 17 países, el hogar de una cuarta parte de la población mundial, se enfrentan a niveles "extremadamente altos" de estrés hídrico de referencia”, según datos de WRI de su último análisis de agosto de 2019.
Qatar, Israel, Líbano, Jordan, Irán, Jordania, Libia, Kuwait, Arabia Saudí, Eritrea, Emiratos Árabes Unidos, San Marino, Bahréin, India, Turkmenistán, Omán y Botswana son los 17 países que encabezan el ranking.
El estrés hídrico es un concepto que se utiliza cuando la demanda de agua es mayor que la cantidad de la que se dispone o cuando su uso se ve restringido para su baja calidad.
Si en un país o región los suministros anuales de agua caen por debajo de los 1,700 metros cúbicos por individuo, es decir, entre 8 y 9 vasos de agua, se considera que existe una situación de estrés hídrico, reseña un artículo del portal digital “Sostenibilidad”.
Según Naciones Unidas, hoy una de cada seis personas en el mundo se encuentra en esta situación, un problema global que cada vez es más grave. Y es que en muchos países utilizan el agua mucho más rápido de lo que se está reponiendo. El desperdicio de agua en las ciudades es un desafío que debemos afrontar de inmediato.
Medio Oriente y África del Norte es la región con mayor estrés hídrico en la Tierra
Doce de los 17 países con mayor estrés hídrico se encuentran en Oriente Medio y África del Norte.
La región es cálida y seca, por lo que el suministro de agua es bajo para empezar, pero la creciente demanda ha llevado a los países a un estrés extremo.
El cambio climático complicará aún más las cosas: el Banco Mundial descubrió que esta región tiene las mayores pérdidas económicas esperadas por la escasez de agua relacionada con el clima, estimada en 6-14% del PIB para 2050.
Sin embargo, existen oportunidades sin explotar para impulsar la seguridad del agua. Alrededor del 82% de las aguas residuales de la región de África del Norte no se reutiliza; el aprovechamiento de este recurso generaría una nueva fuente de agua limpia.
Ya están surgiendo líderes en tratamiento y reutilización: Omán, clasificado en el puesto 16 en nuestra lista de países con estrés hídrico, trata el 100 % de sus aguas residuales recolectadas y reutiliza el 78 % de ellas. Alrededor del 84% de todas las aguas residuales recolectadas en los países del Consejo de Cooperación del Golfo (Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos) se tratan a niveles seguros, pero solo el 44% se reutiliza.