Los pintores de Montmartre le plantan cara al Ayuntamiento de París
Un decreto municipal ha sembrado la discordia en la plaza de los pintores de París. El Ayuntamiento ha cambiado el proceso de concesión de autorizaciones y sus artistas han decidido protestar de forma simbólica con su mejor arma: un lienzo en blanco.
En el corazón de Montmartre, en un lateral de la imponente Basílica del Sagrado Corazón, la plaza del Tertre presentaba este sábado su aspecto habitual, entre terrazas, turistas, pintores y retratistas, pero estos últimos no acudieron como siempre para trabajar, sino para expresar su descontento.
En sus caballetes, sus reclamos y reivindicaciones sustituyeron por un día sus paisajes y retratos, para mostrar al público que están de huelga, "en peligro", y que no son comerciantes, sino artistas.
Está en juego, según sus palabras, la identidad en sí del lugar. "Es una atracción única en el mundo", explica a EFE el español José Luis Leiva, pintor y uno de los representantes de la plataforma creada para intentar frenar por la vía judicial la modificación en marcha.
CAMBIO DE REGLAMENTO
Hasta ahora, los artistas, que se reparten entre dos cada una de las 139 plazas disponibles, obtenían su licencia tras haber superado un examen de la Escuela de Artes Aplicadas de la ciudad de Ivry y su renovación era tácita y automática.
El nuevo reglamento, hecho público por la alcaldía el 11 de junio, quiere hacer cumplir a partir de octubre un decreto europeo de 2017 sobre la ocupación y el uso privado del dominio público con fines comerciales, que no se ha aplicado por el momento debido a derogaciones.
Las nuevas concesiones cambian el examen en persona por la presentación de un dossier, en el que aunque la antigüedad sumará puntos, también lo hará la tenencia de un título oficial, algo que no todos los actuales pintores tienen porque muchos son autodidactas.
La eliminación de 15 emplazamientos en una plaza ocupada casi en su totalidad por las terrazas de los restaurantes, y la composición de la comisión que juzgará las obras, que según los pintores es opaca, alientan un conflicto que está en manos del Tribunal Administrativo de París.
"Los artistas consideran que por su vocación artística no deberían ser sometidos al concurso (público), mientras que la ciudad dice que no es cuestión de elección, sino de obligación legal", señala a EFE Jean-Philippe Daviaud, el concejal encargado del Comercio y la Artesanía en el distrito.
Para la plataforma de afectados, hacer una amalgama entre arte y comercio "es una aberración", y la decisión de optar por un dossier "es una puerta abierta al fraude", a la presentación de obras que no sean propias para que luego se acaben vendiendo serigrafías y otros lienzos "hechos en China".
ALMA DE MONTMARTRE
"No tenemos nada en contra de la llegada de gente nueva ni se trata de defender nuestros privilegios. Queremos preservar la identidad de la plaza", señala Béro, pintor minimalista de 51 años de edad.
En esa plaza se instalan haga frío o calor, a menos doce grados o a más de 40, según Leiva, y el contacto directo con el público, sobre todo turistas, es una de las características más destacables de un trabajo para el que disponen poco más de un metro cuadrado.
El cambio de criterio llega cuando la recuperación de su actividad, tras más de un año de pandemia, todavía no se ha asentado. "No podíamos esperar más", recalca el representante de la alcaldía local.
"Cuando tienes unas costumbres adquiridas, el día en que hay cambios es perturbador. Este modo de selección permitirá tener el foco en la calidad de las obras. Si un artista presenta un dossier falso, nos acabaremos dando cuenta. Este reglamento no revoluciona la producción artística, es una mera adaptación administrativa", añade Daviaud.
Uno y otro bando se muestra confiado en sus respectivas posibilidades en los tribunales. La alcaldía porque dice tener la normativa aplicable de su lado, y los artistas al defender que su actividad, muy específica y propia de la ciudad, es más artística que económica.