Expresiones ligadas a Semana Santa
Se usan habitualmente, pero no siempre se repara en su origen o a lo que hacen referencia. Estas son algunos dichos relacionados con la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Sea uno creyente o no, la religión cristiana ha influido en las sociedades a lo largo de los años dejando su huella en tradiciones, festividades e incluso en el lenguaje.
Los que hablamos español seguramente hayamos hecho uso o vayamos a hacerlo de alguna expresión ligada al catolicismo y, más concretamente, de alguna manera, a la Semana Santa. Aunque son muchas, mostramos algunas de las más populares.
JUDAS Y TODAS SUS MENCIONES.
La Real Academia Española (RAE) que conforma junto a otras veintitrés academias de la Lengua correspondientes a cada uno de los países donde se habla el español la Asociación de Academias de la Lengua Española, en su primera acepción, recoge el significado de judas como “hombre alevoso, traidor”.
Y apunta “por alusión a Judas Iscariote, por quien Jesús fue vendido a los judíos”, el apóstol que traicionó a su señor por treinta monedas de plata y que, una vez consciente de su traición, decidió acabar con su vida. “Y arrojando las piezas de plata al templo, salió, y fue y se ahorcó”, se lee sobre el episodio en el evangelio de Mateo.
“Ser un judas”, “ser más falso que Judas” y otras variaciones, son una manera de identificar a una persona de la que no te puedes fiar, de alguien insidioso y traidor.
LAVARSE LAS MANOS.
“Lavarse las manos” en un sentido no literal, significa, según la RAE, “desentenderse de un negocio en que hay inconvenientes, o manifestar la repugnancia con que se toma parte en él”. Es decir, no querer saber nada del tema.
No es raro asumir que esta expresión proviene del papel que jugó Poncio Pilato en la crucifixión de Jesús de Nazaret.
En el evangelio de Mateo, el único que nombra el hecho de lavarse las manos, se lee: “viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: “Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros””.
Más allá de los Evangelios, poco dice la historia sobre este personaje fundamental para los católicos, gobernador romano de Judea bajo el mando del Emperador Tiberio. Pilato fue el encargado de liberar a un preso y, aunque ni él ni Herodes encontraron delito en Jesús, cedió a los deseos del pueblo que pedía su crucifixión.
UNA BARRABASADA.
En la historia de Jesús y Pilato hay una tercera persona: Barrabás. Mateo definió a Barrabás como “un preso famoso”; para Marcos y Lucas, Barrabás había participado en un motín que se había saldado con un homicidio y, para Juan, era un salteador.
Sea de una manera u otra, su nombre ha quedado ligado al indulto que obtiene por parte del gobernador romano en detrimento de Jesús.
Su nombre se utiliza en español para señalar a una “persona mala, traviesa, díscola”. La RAE también recoge que se utiliza “por alusión a Barrabás, judío indultado con preferencia a Jesús”.
Una barrabasada, por tanto, es “un desaguisado, un disparate, una acción que produce gran daño o perjuicio”.
PASAR POR UN CALVARIO.
O dicho de otra manera, un vía crucis. El diccionario recoge entre sus significados el de “sucesión de adversidades y pesadumbres”.
En su primera acepción, además, hace alusión directamente a lo religioso: “camino señalado con cruces o altares, que se recorre rezando en cada uno de ellos en memoria de los pasos de Jesús hacia el monte Calvario”.
Calvario proviene del latín “calvarium” que significa calavera y que daba nombre a la colina en la que se llevó a cabo la crucifixión. “Entonces llegaron al lugar llamado la Calavera”, se lee en el evangelio de Lucas.
¡QUÉ CRUZ!.
Otra expresión que resulta obvia al pensar en la Semana Santa. Cargar con una cruz hace referencia a llevar un peso, tener una carga, soportar una situación desfavorable.
La alegoría aquí es evidente, Jesús tuvo que cargar con la cruz en la que sería más tarde crucificado.
DE PASCUAS A RAMOS.
De Pascuas a Ramos es una expresión coloquial que, según la RAE significa, “de tarde en tarde”.
Cuando algo sucede o se hace de Pascuas a Ramos, se da a entender que se hace poco habitualmente o que pasa mucho tiempo entre cada acción. La Pascua de Resurrección es el final de la Semana Santa y el domingo de Ramos, el inicio.
LLORAR COMO UNA MAGDALENA.
Tanto llorar como una Magdalena o estar hecho una Magdalena, significa llorar mucho o desconsoladamente.
En la primera entrada de la RAE, en la que se encuentran estas locuciones, se define Magadalena como mujer penitente o visiblemente arrepentida de sus pecados.
Sin embargo, las expresiones pueden hacer referencia a los lamentos desconsolados del personaje de Magdalena, presentada en los Evangelios como la mujer a la que Jesús salvó de ser lapidada, ante la muerte del mesías de los católicos.