COVID-19: Obstáculo para evitar cáncer

La pandemia del COVID-19 ha creado obstácu­los para la pre­vención de las muertes por cáncer de cue­llo uterino, una enferme­dad que se puede prevenir y también se puede curar si se detecta a tiempo y se tra­ta adecuadamente.

Entre las dificultades de prevención de esta enfermedad ante la pandemia cabe mencionar la interrupción de los servi­cios de vacunación, detec­ción, tratamiento y el cierre de fronteras, que ha redu­cido la disponibilidad de suministros e impedido la circulación de ingenieros biomédicos cualificados pa­ra ocuparse de las tareas de mantenimiento del equipo, sostiene.

Esto lo dice Jazmín Gar­cía, del Centro de Radiotera­pia Integral Radonic, quien destaca que la situación ha creado nuevos impedimen­tos para que las mujeres de zonas rurales viajan a los centros de envío de pacien­tes para recibir tratamiento y el cierre de escuelas, que interrumpe los programas de vacunación en dichos lu­gares.

A pesar de ello, la OMS insta a todos los países a que, en la medida de lo posi­ble, velen por que la vacuna­ción, la detección y el trata­miento puedan continuar en condiciones de seguridad, con todas las precauciones

necesarias, sostiene la espe­cialista.

Este es el cuarto cáncer más común entre las mu­jeres de todo el mundo. Si no se adoptan medidas adi­cionales, se prevé que la ci­fra anual de nuevos casos de cáncer del cuello uteri­no aumente de 570, 000 mil a 700, 000 mil entre 2018 y 2030, y que la cifra anual de muertes aumente de 311,000 a 400,000, expresa García.

Medidas

La Estrategia Mundial de la OMS para Acelerar la Elimi­nación del Cáncer del Cuello Uterino, cuyo lanzamiento tuvo lugar el 17 de noviem­bre del pasado 2020, se basa en tres pilares fundamenta­les: la vacunación, la detec­ción y el tratamiento.

La aplicación con éxito de los tres podría llevar a una reducción de más del 40% de los nuevos casos de la en­fermedad y evitar 5 millones de muertes relacionadas con ella para el año 2050.

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