PERSONAJE

Los Sembradores de Dionisio en el Covid-19

Personas alrededor del Reloj del Sol de la Zona Colonial, recreando el reloj como símbolo del tiempo.

Personas alrededor del Reloj del Sol de la Zona Colonial, recreando el reloj como símbolo del tiempo.

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YVONNE FRANCISCOLowell, Massachusetts

Una de esas tristes tar­des de abril 2020 llega­ron las mu­sas a atormentarlo. Lo hi­cieron sacar su lienzo, lápiz y tinta. Con ese tormento creativo que invade a mu­chos artistas en tiempos de incertidumbre, de im­potencia y en ocasiones de enojo, reaparecieron estos sembradores de Dionisio Blanco, pero esta vez, con nuevos personajes con ros­tros y llevando mascarillas.

La cabeza de Dionisio estaba en ebullición. Co­mo muchos, él estaba en­tusiasmado con el asunto de la pandemia. Le llegó a la memoria la frase: “Tam­bién hay que cantar en los tiempos oscuros”, de Ber­tolt Brecht. Fue enton­ces cuando empezaron los Sembradores a andar por las calles de Santo Domingo mostrando su rostro, pero, de forma parcial, y fueron a visitar los mercados para abastecerse de alimentos para pasar la cuarentena.

Aunque estamos separa­dos por el inmenso océano Atlántico, es inspirador con­versar con Dionisio, mien­tras él se encuentra sentado en su rincón favorito, entre cigarros, libros, recortes de periódicos, lienzos, pince­les y pinturas; allí, en el be­llo sector El Cacique, donde, a pesar de la cuarentena, se escucha el alboroto de los venduteros y el ruido de los motores haciendo sus entre­gas, mientras Dionisio sigue bailando con sus musas.

Este artista ha estado re­creando El Sembrador en tiempos del Covid-19 con imágenes emblemáticas del tejido urbano de la ciu­dad de Santo Domingo; lu­gares como la Plaza del Mo­numento de Fray Antón de Montesino retrayendo la importancia del Sermón de Adviento, y con éste evo­cando los Derechos Huma­nos.

Aunque Dionisio nos tie­ne acostumbrados a sus co­loridas pinturas, a él siem­pre le ha gustado el dibujo, y para él, dibujar es como escribir poesía, por lo que el arte es una forma poética de decir lo cotidiano, pero en este caso, es solo formas, lí­neas, contrastes y degrada­ciones dentro de esa escala.

Este artista dominica­no, de proyección interna­cional, inició su serie Sem­bradores en el 1983, y para entonces, estos personajes tenían rostro, pero luego se los eliminó para crear un poco de enigma en su ar­te. Pero esta nueva serie de personajes con rostros y sus tapabocas surgió porque en la imagen original sin rostro no se iba a apreciar que Los Sembradores estaban cui­dándose del virus del Co­vid-19.

En medio de esta pan­demia hemos visto como el arte, a través de sus diver­sas manifestaciones, ha te­nido un rol muy importante tratando de subir el animo a la gente, y es por esta ra­zón que Dionisio le ha dedi­cado un poco de tiempo al dibujo, rememorando Los Desastres de la Guerra, de Francisco Goya, y de mu­chos otros famosos pintores cuyas majestuosas creacio­nes surgieron en tiempos de fuertes crisis sociales o de enfermedad.

“El objetivo mío es real­mente provocar, dejar una imagen testimonio de épo­ca del momento en que se vive, y lógicamente, quien hace la lectura es el espec­tador. Yo hago el plantea­miento esperando que esas imágenes (…) sirvan como símbolo de energía, y ade­más como fuente de placer estético. Esas imágenes van cargadas de humor, y el hu­mor es un punto de lucidez frente a la crueldad”, expli­có Dionisio Blanco.

El artista aseguró que en su arte siempre va a haber sembradores, ya que, su im­portancia es vital en la vi­da humana, por ejemplo, en estos tiempos de pande­mia lo único que va a man­tener a los seres humanos sobre la tierra es la agricul­tura, porque el ser humano está en busca de medicina y alimentación básicamente, según reflexionó el artista quien ya tiene pensado ha­cer una exposición de esta colección.

Mientras conversába­mos, Dionisio también hizo un pequeño recorrido por El Conde recordando las fa­mosas tertulias de la Zona Colonial, incluso, mientras desempolvaba algunos ar­chivos de su memoria, re­cordó cuando visitaba la icó­nica Librería Macalé y los encuentros con sus amigos, intelectuales de aquella épo­ca, algunos de los cuales ya partieron. En ese contex­to, lamentó mucho la muer­te de los artistas Iván Tovar y Jorge Severino. Termina­mos la conversación con un tabaco y un café, cada uno en la distancia.

CLAVES En medio de esta pande­mia hemos visto como el arte, a través de sus di­versas manifestaciones, ha tenido un rol muy im­portante tratando de su­bir el animo a la gente, y es por esta razón que Dionisio le ha dedicado un poco de tiempo al di­bujo, rememorando Los Desastres de la Guerra, de Francisco Goya, y de muchos otros famosos pintores.

Buhoneros que andan en las calles con sus bósales, quienes no dejaron de salir a vender frutas.

Representando momentos en que el dolor invade a la sociedad dominicana.

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