FILOSOFÍA DE VIDA

Amor propio

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Olga María RenvilleEspecial para LD

El primer amor que debemos aprender a desarrollar de forma sana, es el amor propio. Ese amor que, de acuerdo a Erick From en su libro ‘El arte de amar’, es definido estableciendo una diferencia del egoísmo, diciendo que son opuestos. Para poder amar a los demás hay que saber amarse a sí mismo. Es más, afirma que una madre que se ame a sí misma será la más indicada para enseñar a su hijo a conocer la felicidad, el amor y la alegría.

Con este ejemplo, podremos comprender que una persona que no sepa ejercer el amor hacia sí mismo, tendrá grandes dificultades para establecer relaciones saludables. Cuando existen bajos niveles de autoestima suelen desarrollarse vínculos tóxicos, cargados de dependencia, codependencia y manipulación.

Amarse a sí mismo implica que el respeto por la propia integridad y unicidad, el amor y la comprensión del propio sí, no pueden separarse del respeto, el amor y la comprensión del otro individuo. El amor a sí mismo está ligado de forma inseparable al amor a cualquier otro ser.

Es importante identificar cuando nuestros niveles de amor propio o autoestima no son saludables. Existen algunas características en las personas que tienen dificultades en amarse a sí mismos.

Generalmente son indecisos, tienen dificultades para tomar decisiones, tienen miedo exagerado a equivocarse. No valoran ni sus talentos ni sus posibilidades. Dependen mucho de otras personas para hacer sus tareas o realizar cualquier actividad. No están satisfechas consigo mismas, piensan que no hacen nada bien. Creen que son los feos, los ignorantes y que todos los demás lo hacen mejor que ellos.

No se preocupan por su estado de salud y culpan a los demás por estar mal.

Una característica importante es asumir la responsabilidad del cambio. En ocasiones, las personas que no se aman a sí mismas, tienden a buscar culpables externos de su situación, y esto solamente impide que reconozcan que cada persona es responsable de su estabilidad y salud emocional.

Hacer las paces con nosotros mismos es fundamental para poder establecer vínculos sanos en cualquier orden de nuestras relaciones a través la vida.

El día de San Valentín suelen realizarse varias actividades para las parejas. El mercadeo y la publicidad venden una felicidad que parecería que solo se puede alcanzar en compañía de alguien. Sin embargo, estar solos también es una maravillosa oportunidad para fortalecer el amor propio y empoderarnos (tomar control de nuestras vida y nuestras emociones).

Aprender a estar en compañía de nosotros mismos ayudar a romper con vínculos de dependencia, es una vitamina para fortalecer el autoestima, tomar consciencia de nuestras capacidades y aprender a poner límites para elegir mejor con quien deseamos compartir el tiempo.

Romper paradigmas sobre las creencias negativas de la soledad. En el camino hacia nuestro desarrollo, la familia, los amigos y la sociedad se han encargado de decirnos que estar solo es “malo”, y no nos han enseñado a comprender la importancia de tener momentos de reflexión y encuentro con nuestro yo interior.

Tener pareja es una experiencia extraordinaria, siempre y cuando estemos dentro de una relación sana para ambas partes; sin embargo, debemos comprender que estar solo, muchas veces, es la clave para romper relaciones tóxicas y alcanzar la liberación emocional. La soledad no significa aislarnos, podemos distribuir el tiempo a favor de nuestro crecimiento y desarrollo, elegir qué, cuándo y con quién queremos compartir, y, sobre todo, crear un estilo de vida que no conduzca a ser mejores seres humanos.

Sobre la autora

Quien escribe este artículo es experta en Filosofía Mental y psicóloga.