VIAJES

De la Rambla hasta el ‘Call’ Judío

Rambla de la Llibertat, en Girona. Carrer Sant Llorent, en el ‘Call’ Judío. Fotos: Carmenchu Brusíloff

Rambla de la Llibertat, en Girona. Carrer Sant Llorent, en el ‘Call’ Judío. Fotos: Carmenchu Brusíloff

Deambular por una ciudad desconocida es poco menos que perderse si no se lleva un mapa. Y aún cuando tenemos un pequeño plano que facilitó el hotel, mi hijo Alexis y yo nos dirigimos a la oficina de turismo de Girona para mejor documentarnos. Funciona en un pequeño edificio, en la Rambla de La Llibertat número1.

En la avenida, al exterior, un diáfano cielo azul y una temperatura deliciosa incitan a caminar. Los cafés y restaurantes, muchos junto a los soportales, sacan sus mesas al aire libre y exponen sus menús en una pizarra que reposa sobre el suelo en la calzada. Les echamos un vistazo para saber a qué atenernos a la hora del mediodía.

Continuamos paseando hasta el final de la Rambla, que en este tramo cambia de nombre por el de Carrer de l’Argenteria. Aquí se levanta la Farmacia Saguer, antiguamente Farmacia Masó Puig, ejemplo de la arquitectura novecentista catalana (principios del siglo XX). ¡Qué linda es!

Atractivo Tomamos por adoquinadas y estrechas calles mientras escuchamos a lo lejos las interpretaciones de un músico ambulante que ameniza la mañana, mientras alcanzamos la Plaza Correu Velle, con sus varios cafés bajo el sol en estas horas matinales del otoño 2019. Suena música ambiental proyectada desde el interior de algunas tiendas de reducido tamaño. Para curiosear, entramos a un local de artesanías y souvenirs. Al contemplar expuesto en una vidriera un par de hermosos aretes, aparentemente elaborados en oro y plata reproduciendo un gigantesco y precioso insecto, me entero que es la representación alegórica a una leyenda de Girona: la mosca de Sant Narcís. Según cuentan los relatos mayormente basados en la imaginación del pueblo, cuando los franceses invadían Girona el patrón de la ciudad, Sant Narcís, logró que de su cuerpo (que aún siendo cadáver estaba sin descomponer) brotaran gigantescas moscas que les picaban mortalmente. AhÖ el pueblo que inventa historias...

Sin proponérnoslo estamos en el ‘Call’ Judío, barrio de empinadas vías. En plan de guasa Alexis me incita a subir la Carrer Sant Llorent: ‘Te lo dejo de tarea’. Tarea que rechazo, claro está. La palabra ‘Call’ antes hacía referencia a un paso estrecho o en mal estado. Hoy es el nombre del espacio urbano donde vivían los judíos.