PSICOLOGÍA
¿Cómo afectan a los deportistas la ansiedad y el estrés?
La depresión puede afectar a los atletas al igual que al resto de la población; sin embargo, el origen del trastorno se encuentra en factores ajenos a la práctica deportiva, como la química cerebral o los conflictos personales.
Si bien es cierto que un atleta de alto rendimiento siente tristeza y desánimo al no cumplir con las metas que se ha trazado, el psicólogo deportivo Jovanny Montero aclara que esta alteración en el estado de ánimo no equivale a una depresión.
Se trata, en muchos casos, de una consecuencia de las altas expectativas que entrenadores, familiares y fanáticos crean en torno a las figuras deportivas, y que no necesariamente se corresponden con las expectativas de los mismos atletas.
“Aquí nuestros entrenadores entrenan para ganar y con esto no quiero decir que ganar sea malo; quiero decir que ganar se convierte en el único objetivo de los entrenadores y, por ende, en el único objetivo de los atletas”, afirma Montero.
Estrés y ansiedad
Cuando a los deportistas no se les entrena para manejar el estrés y la ansiedad, su rendimiento puede verse afectado.
Por eso, en opinión de Montero, la preparación del atleta no debe limitarse al ámbito físico, sino también incluir el manejo del estrés y la ansiedad.
Sentir estrés y ansiedad es normal, pues permite enfocarse en un objetivo, pero cuando esos estados desbordan la capacidad de funcionamiento del individuo se vuelve una situación negativa.
“Muchos atletas están en esa situación”, señala Montero. “Durante los entrenamientos son un tipo de atleta y en la competencia son otro”.
El especialista considera que no solo los deportistas profesionales ameritan intervención psicológica; también los entrenadores, pues muchas veces llegan a esta función pero no tienen la formación necesaria y “hacen más daño que otros elementos del deporte”.
Las lesiones y el retiro
Las lesiones son otra causa importante de crisis en los deportistas.
Estas crisis, explica Montero, se manifiestan con desmotivación y miedo.
“Cuando un atleta viene de una lesión debe tener acompañamiento de un psicólogo deportivo obligatoriamente, porque se ha comprobado que hay lesiones que son psicológicas: el atleta entrena con más cuidado porque sabe que se lesionó y no quiere volver a lastimarse”, dice Montero.
El miedo surge, asimismo, cuando se acerca el momento del retiro, una etapa para la cual la mayoría de los atletas no se prepara.
Esa falta de previsión hace que, en ocasiones, del deportista no se retire voluntariamente, sino de manera forzosa. En este caso, comenta Montero, el proceso tiene un impacto aún más negativo sobre las emociones.
Cuando hay depresión
Entre los deportistas profesionales, la prevalencia de depresión se asemeja a la del resto de la población.
La persona puede caer en la distimia, que tiene los mismos síntomas de la depresión (tristeza prolongada, desmotivación, desinterés, desesperanza) pero menos graves y por un tiempo más prolongado.
“Los vemos como que no quieren avanzar, aunque tengan las condiciones. En esos casos, además de la terapia, hay que medicarlos”.
Los deportistas no suelen ser abiertos al hablar de su salud emocional. El público los ve como héroes, como personas con una gran fortaleza física y mental. Además, las personas de su entorno asocian los síntomas con los fallos en la consecución de las metas deportivas.
Montero recuerda que corresponde a un profesional de la conducta determinar si se trata de una depresión. “Dentro del deporte se necesitan especialistas con la capacidad de identificar estos trastornos”, concluye.
Alcanzando el triunfo a pesar de...
De acuerdo con Jovanny Montero, quien es psicólogo deportivo, existen atletas que viven toda su vida profesional con sintomatología depresiva no diagnosticada, mientras que la gente cercana a ellos lo atribuye a su forma de ser.
La depresión no siempre limita los logros profesionales. El trastorno causa pensamientos negativos, pero unas cualidades atléticas excepciones, sumadas al hecho de que en la cancha o terreno el jugador se desconecta de la realidad exterior, hacen que el individuo tenga un buen rendimiento.
“Ahora, luego de la situación atlética viene el bajón. A estos atletas les cuesta el doble ir a entrenar, mantener la motivación. Al final de la temporada deportiva su situación es terrible y es necesario que busquen ayuda”, comenta Montero.
Abuso de sustancias
El consumo de sustancias -controladas o no- puede asociarse en ocasiones con una depresión no tratada.
Montero expresa: “He visto casos en peloteros con adicción al alcohol y cuando indagas hay una depresión enmascarada”.