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CULTURA

Museo Botero: Espacio imperdible para los amantes del arte en las calles de Bogotá

Obras de Botero que se encuentran en el museo. FUENTE: BANREPCULTURAL

Obras de Botero que se encuentran en el museo. FUENTE: BANREPCULTURAL

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Laura Ortiz GüichardoBogotá, Colombia

Ubicado en el centro histórico del barrio La Candelaria, el Museo Botero es uno de los lugares de Bogotá que no debes dejar de visitar si te gusta el arte.

Entre las obras que podrás encontrar en esta galería no solo están las del afamado artista colombiano, sino que también tendrás la oportunidad de navegar por su colección personal. ¿Lo mejor? Debido a que todas las piezas fueron donadas por Botero al Banco de la República en el año 2000 con la intención de difundir la cultura en su país natal, la entrada es totalmente gratis.

Arte internacional

La curaduría del museo fue hecha por el mismo Fernando Botero, de la mano con María Elvira Escallón y José Ignacio Roca, bajo la condición de que ninguna obra de la colección podía ser vendida, prestada o cambiada de lugar luego de su colocación, por lo que hasta el día de hoy se mantienen tal cual como Botero las ubicó.

En la colección de arte internacional, valorada en más de 200 millones de dólares, se pueden apreciar obras originales de pintores como George Rouault, Pablo Picasso y Pierre-Auguste Renoir.

Esta exposición se divide en varias partes: una sala dedicada a artistas europeos de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, otra conformada por óleos de gran formato de artistas de diferentes corrientes, un espacio dedicado a la escultura y otro en el que se recopilan algunos dibujos del siglo XX.

Colección de Botero

Al entrar al museo, la primera pieza que puede apreciarse es una escultura gigante con forma de mano, hecha por Botero, la cual es la única de la colección que se puede tocar y en la que los visitantes pueden tomarse fotos.

El repertorio de Botero dispone de 123 obras entre dibujos, acuarelas, óleos, pasteles y esculturas, todas con su peculiar marca distintiva: el volumen, la cual adoptó entre los años 1965 y 1967 al darse cuenta de que ningún otro artista se había enfocado en la voluptuosidad.

Dentro de esta exposición también abundan los desnudos de mujeres, creaciones que aparte de tener figuras voluminosas (porque como él mismo dice “Yo no pinto gordas. Expreso el volumen y busco darle protagonismo”) pueden ser identificadas como originales de Botero por tener lunares en el rostro, en el abdomen o en la parte trasera, además de mantener el vello corporal y siempre estar en tacones.

Al mirar sus obras es evidente que al principio al maestro le costaba plasmar el volumen, sobre todo en la pintura, por lo que al recorrer sus cuadros no es difícil darse cuenta de que hay una notable evolución: al principio las figuras eran más sueltas y deformes mientras que con el tiempo se fueron refinando hasta llegar a siluetas más apretadas y proporcionadas.