PRENSA JOVEN
Música e identidad ¿De qué forma se relacionan?
Qué bien se siente tomar un respiro dentro del afán del día y saber que tu canción favorita está esperando a que la escuches, todas las veces que quieras; te cura, te pone feliz y te motiva a completar la jornada. La música es magia, te transporta mentalmente a lugares desconocidos y te invita a enamorarte de personas a las que nunca les has visto ni siquiera el rostro. De todo eso es capaz una melodía.
Pero sobre todo tiene la capacidad de calar tanto en tu ser, que en muchas ocasiones te comportas y manejas según el ritmo musical de preferencia, aunque poca gente logra percatarse de esta influencia en su personalidad.
“Efectivamente hay una influencia directa de la música y el arte en términos generales en la formación y hasta de la propia personalidad del individuo, esto debido al ‘proceso de socialización’ que comienza en el hogar, con la familia”, según el sociólogo Ezequiel Ureña.
Ureña dice, por ejemplo, que si toda tu vida has estado rodeado de arquitectos hay muchas probabilidades que te inclines por esta rama. “Así mismo es el impacto de la música en la personalidad”.
Cada ritmo musical tiene algo especial y uno utiliza instrumentos diferentes para transmitir lo que desea, pero la esencia de cada uno es la misma. Las personas se refugian en la música como forma de saciar sus ganas de entretenimiento o simplemente lidiar con alguna situación del diario vivir.
“Me gusta el reguetón porque su ritmo me hace sentir con energía, aunque he sido juzgado por el contenido de sus letras”, expresa un joven que prefirió no ser identificado. Afirma que quizás su vestimenta no es muy formal, pero su forma de ser no se ha visto afectada por la música que escucha como siempre dice su familia, que quiso ponerlo en manos de un psicólogo.
“La música es un elemento vivo y realmente mueve emociones; puede que influya de alguna manera, pero no cambia una personalidad. La música sí normaliza conductas o actitudes, una forma de expresión y puede que invite a copiar acciones”, expresa la psicóloga clínica Sanya Pujols. Agrega que los adolescentes son más vulnerables a los efectos negativos de la música, ya que en esta etapa, buscan definir su línea de gustos o preferencias personales.
Un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, divide la personalidad de los individuos según el tipo de música que suelen escuchar. Los amantes del soul, blues, jazz y folk son personas tolerantes y juiciosas. Los fanáticos del rock, hip hop y pop se caracterizan por ser rebeldes e impulsivos. Aquellos que disfrutan de la música electrónica son personas muy liberales y extrovertidas.