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REFUGIO

“Homo homini lupus”

“El hombre es el lobo del hombre”, es la traducción latina de la frase que lleva el nombre de esta columna. Fue popularizada por Thomas Hobbes, un filósofo del siglo XVII y está incluida en su obra titulada “Leviatán”, publicada en 1651.

Hobbes argumenta que, para lograr la paz civil y la unión social, es necesario establecer un poder centralizado que tenga autoridad absoluta para proteger a la sociedad, creando paz y una comunidad civilizada.

Debo confesar que he estado reflexionando sobre esta afirmación, que presenta la transfiguración del hombre como un animal salvaje, podemos decir que es metáfora que indica que somos capaces de hacer grandes atrocidades y barbaridades en contra de nuestra propia especie, en detrimento de nosotros mismos.

Para tener una idea de lo feroces y crueles que podemos ser, veamos el tema de los recursos naturales, los cuales pronto serán insuficientes para la supervivencia. La sobreexplotación de los recursos y el consumo irresponsable están entre las causas. El agua y la energía disponibles no darán abasto para suplir las necesidades humanas dentro de algunos años. Además, la explotación de los recursos sigue en manos de empresas de países desarrollados que generan escasos beneficios en los sitios donde las extraen, lo que aumenta la desigualdad y obliga a muchas personas a abandonar su sitio de residencia en busca de zonas más aptas para la supervivencia. Esto es un ejemplo partiendo de lo general, pero voy hacer algunas reflexiones particulares. Si pensamos y analizamos sobre cuántas veces hemos sido “un lobo o una loba” ante la vulnerabilidad o el dolor del otro “no nos alcanzarán los dedos de las manos para contar”, muchas veces porque partimos de nuestros prejuicios y pensamos que los otros no son nadie.

Cuántas veces hemos ido por la vida injuriando a un compañero o compañera para lograr el puesto que añoramos, diciendo mentiras para afectar la dignidad de alguien por el simple hecho de que no nos agrada. Lo hacemos a diario.

Una vez un encargado de un área le instruyó a una colaboradora a realizar una determinada labor. La joven lo hizo, pero al dueño de la empresa no le gustó y llamó al gerente encargado. Este negó haber dado las instrucciones a la empleada, e indicó que lo hizo sin su autorización. La joven terminó cancelada de su puesto de trabajo.

“El hombre es el lobo del hombre”, en mi opinión, revela que tenemos el gran potencial para hacer el bien, pero también para el mal, específicamente cuando sólo buscamos nuestros propios intereses, sin importar el prójimo. Aunque la función principal de los humanos es mantenernos vivos, los mayores desafíos a los que nos enfrentamos como especie son creados por nosotros, porque es común que los más fuertes abusen de los más débiles, cuando deberían protegerlos. Como dice la frase que me encanta de George Orwell:

“Lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano”.

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