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Vida Sana

Más allá de dietas y rutinas de ejercicio

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Juan Carlos SimóSanto Domingo

Si en los últimos años haz alcanzado un estado de sobrepreso y pocas veces o nunca has realizado ejercicios, es muy probable que hayas intentado más de un método para lograr un buen estado físico. Quizás hiciste todas las dietas que te recomendaron, realizaste programas para la pérdida de peso y, aunque lograste algunos cambios, al detener el programa regresaste a un escalón por debajo de como te encontrabas. En ese momento es cuando vienen la frustración y desmotivación que nos arropan e impiden visualizar más allá para poder cambiar nuestro estilo de vida.

En estos casos en los que nada te funciona, mi recomendación es hacer algo diferente que garantizará no solo el cumplimiento de esta meta, sino también que tus resultados no se reviertan: transformar tu estilo de vida y es que como bien le digo a mis clientes, estudiantes y aquellos que asisten a nuestras conferencias: “Somos el resultado de nuestros hábitos y estos preceden a nuestras decisiones”.

Para transformar nuestro estilo de vida, los cambios que vamos a incorporar en nuestro día a día no pueden ser muy drásticos. Pongo el ejemplo de la reducción de los alimentos. La comida es un fuerte aliciente al estrés que vivimos hoy en día, por lo que es insostenible iniciar una dieta extrema.

La razón por la cual las “dietas” no se sustentan en el tiempo es multifactorial. Un plan que no modifique hábitos nocivos con la práctica diaria y los sustituya por otros beneficiosos es un plan que seguramente apuesta al fracaso. Este axioma aplica a todos y todas. En el mundo del fitness se refleja en la dinámica de estar siempre sujeto a factores externos para llevar una dieta o un plan de entrenamientos. Es el caso de quienes solo cuando están asistidos con recursos ergogénicos asumen el llamado cambio de “estilo de vida”.

Es cierto que las dietas hacen que el cuerpo salga de nuestra zona de confort, pero hay que reconocer que los alimentos tienen un papel fundamental en la mejora del estado de ánimo de todo ser humano.

Esta industria suele nutrirse de la desinformación a su público. Muchas personas me escriben en redes sociales preguntando qué pastillas tomar para rebajar con rapidez, qué pueden hacer para tener los anhelados “cuadritos” y muchas locuras más. Piensan que todo es cuestión de pasar hambre, hacer mucho ejercicio y tomarse la pastilla mágica, y lamento informarles que nada de esto sucede de la noche a la mañana; los cambios tienen que darse poco a poco, para que puedan ser sostenibles en el tiempo.

En tal sentido, los cambios que recomiendo son paulatinos, uno a uno por semana, para que puedas obtener mejoras en tu cuerpo y en tu estado de ánimo. Además, tienen que ser cambios que quieras hacer, no porque alguien te indica que debas hacerlos, sino que tengas clara la razón por la que tú quieres hacerlos.

¿Qué te parece si iniciamos esta semana?

No importa lo que comas, ingiere dos litros de agua al día y sustituye todas las demás bebidas (café, teÖ). El agua es muy importante, incluso para la actividad cerebral. Te puedo asegurar que con este cambio vas a experimentar una mayor claridad en tus pensamientos, y podrás rebajar hasta cinco libras en poco tiempo.

La semana siguiente empezarás a hacer ejercicios moderados en ayunas. Esta es la mejor manera de rebajar, realizar tus rutinas antes del desayuno, con el estómago vacío. Caminar es una muy buena alternativa, es una actividad que recomiendo al 100 %, además no te apresures, estás iniciando, con una hora de ejercicios diario basta.

Cuando hayas logrado dominar estos dos primeros pasos, debes conseguir reducir el estrés asociado con la falta de sueño. Debes dormir bien si quieres bajar de peso.

Luego, vas a reducir la cantidad de azúcar que consumes. El exceso de este edulcorante en tu alimentación puede ser incluso la causa de la falta de sueño (si lo padeces), pues se ha demostrado que su alto consumo genera un tipo de ansiedad que hace más lento el camino hacia una transformación física óptima.

El último paso para comenzar a perder peso es reducir porciones diarias de alimentos en tus comidas, de manera gradual, pero sostenida.

La falta de constancia no te lleva a ningún lugar. La cantidad de información que “desinforma” trastorna las metas de la mayoría de las personas en todos los ámbitos. De acuerdo a lo que nos compete y lo que profeso: la norma es que la mayoría que busca algún cambio elige a cada instante (usualmente los lunes) algo diferente (hoy quiere estar tonificado, mañana quiere rebajar, luego quiere aumentar masa muscular, hacer crossfit y dos semanas después quiere ser fuerte y mover muchas libras).

En fin, bajo este esquema nunca llegarán a cumplir un objetivo.

Cada meta lleva un camino distinto y ninguno parecido. Al asumir “dietas” basadas en percepción particular, modas del momento o fanatismo, no solo te dejas de ayudar, sino que comprometes tu salud y longevidad.

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