Víctimas invisibles de la violencia contra la mujer
Este domingo 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Cada año, en República Dominicana son asesinadas cientos de mujeres, pero el fenómeno va más allá.
Y es que uno de los elementos que ha comenzado a tomar importancia entre quienes combaten los feminicidios está relacionado con los hijos de las víctimas y los victimarios, ellos son las víctimas invisibles, los que quedan huérfanos, ya que en la mayoría de los casos sus padres asesinan a sus madres y luego se suicidan.
Un estudio del Observatorio Político Dominicano (OPD) de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) cita teorías que plantean consecuencias entre los menores que pierden a sus progenitores en estas circunstancias.
La investigación “Feminicidios en República Dominicana durante el año 2017” explica que estos huérfanos pueden presentar alteraciones físicas como retraso en el crecimiento, problemas en el sueño, trastornos de la conducta alimentaria, menos habilidades motoras e incremento de enfermedades infecciosas.
A raíz de este fenómeno, Flor Batista Polo, autora del estudio, cita también la aparición de problemas emocionales, entre los que se destacan ansiedad, ira, trastorno del apego o de la vinculación, baja autoestima y síndrome del estrés postraumático.
Además, tienden a ejercer violencia contra los demás, manifestar episodios de rabietas, inmadurez y déficit de atención.
El estudio de la entidad arroja que el 82% de los hijos de las víctimas de 2017 eran menores de edad y en el 46.5% de los casos presentados, la víctima tenía de 1 a 6 descendientes. 127 personas quedaron huérfanas de madre ese año a causa de un feminicidio.
El agresor no solo está quitando el derecho de vivir a una mujer. También está borrando la sonrisa de un niño porque no volverá a ver a su madre y ahí se generan en ellos los traumas.
En ese sentido, el OPD-Funglode sugiere que se creen políticas públicas integrales, que incluyan acciones de concientización dirigidas a la familia, los estudiante, amas de casa, militares, seguridad privada, entre otros actores de la sociedad.
Cambio de cultura
Flor Batista Polo asegura que la integridad física y mental de las niñas y mujeres puede iniciarse con un cambio en la cultura que solo se logra a través de la educación doméstica y las instituciones educativas públicas y privadas.
Este es un problema de todos. Los feminicidios constituyen uno de los actos “más crueles y extremos” de violencia contra las mujeres y es uno de los principales problemas socioeconómicos del país, según el estudio.