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¿Soltería después de los 30?

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Sue Helen RodríguezSanto Domingo

¿Estás en la recta de los 30 y tantos y sigues soltera? ¿te sientes presionada por tu entorno? Podríamos pensar que en la actualidad, estar soltera después de los 30 se ha convertido en algo muy normal, pero esta no es la realidad, ya que el estigma social sigue presente y perjudica a aquellas mujeres que han decidido gestionar su vida sin pareja y, sobre todo, sin tener que ofrecer explicaciones a nadie.

“El discurso obsoleto de ‘te vas a quedar a vestir santos o jamona’, continúa presente en la vida de la mujer, y es un discurso importante en una sociedad machista; es como si el potencial de ella como persona fuera inútil si no está al lado de un hombre”, enfatiza Mary Navarro, quien ha tenido que defender su decisión de permanecer soltera.

De acuerdo con el sociólogo e investigador social Carlos De Peña Evertsz, el machismo sigue permeando en la sociedad. “Todavía hay una percepción del poder del machocentrismo, es decir, el hombre se siente superior frente a la mujer y esto es visible, porque la sociedad no es tan exigente con el hombre soltero que con la mujer”.

“¿Te vas a quedar sin tener hijos, sin realizarte? Son preguntas habituales donde se observa que el machismo sigue presente, aunque ha disminuido en comparación a épocas de dictaduras en décadas del siglo XX”, agrega Evertsz.

Según el especialista, mientras más jóvenes son las mujeres en términos generacionales, la época fomenta una concepción de autorrealización enfocada al desarrollo profesional más que a la decisión de si se va a casar o no, y la clase social es un factor relativamente importante sobre los patrones de significación de lo social, es decir, aquello que las personas definen como correcto o incorrecto.

Además, sostiene que en el caso específico de la soltería, esta decisión puede representar para muchas mujeres soledad o aislamiento, por el tema de los códigos de clases y la manera en que la organización familiar ha diseñado la trayectoria habitual de sus miembros.

“Optar por la soltería es una decisión personal, impulsada por factores diversos, como puede ser la necesidad de emprender una carrera u otras prioridades, que en ese momento no es formar una familia ni tener hijos, sino aspectos de derechos individuales”, nos explica la psicóloga clínica y terapeuta familiar Rafaela Burgos.

“La percepción que se tiene de la mujer soltera es de que le falta algo, los demás piensan que ella debería ser cuidada, protegida y defendida por un hombre; hay una visión de que la mujer es incapaz de llevar su vida, a su manera, bajo sus condiciones, con sus propias herramientas y, sobre todo, con el derecho que tiene una persona a ser independiente y a no tener una relación que no está lista para sostener en ese momento”, argumenta la terapeuta.

Ser soltero no significa escapar de las responsabilidades, no es un trauma, no quiere decir que se tiene una incapacidad para el compromiso; ser soltero es una elección consciente, que implica conocimiento profundo de sí mismo, valores, proyectos, amor y dignidad.

El estigma de estar sola Para Mary, publicista de profesión y quien ha tenido la oportunidad de conocer la cultura de otros países, apunta que el estigma de estar sola dependerá mucho de la sociedad de la cual la mujer sea parte.

Agrega que en República Dominicana y en otros países latinoamericanos, la soltería es motivo de preocupación, porque se entiende que el futuro de la mujer está garantizado al lado de un hombre, y cuando la mujer decide no tener hijos, se suma entonces un estigma más.

Según el experto Carlos De Peña Evertsz, la flexibilidad con la soltería dependerá de las esferas de la sociedad, por ejemplo, la iglesia cristiana en sus diferentes tendencias, sea evangélica, protestante o católica, tiene una concepción de la soltería que la aplica a sus diferentes feligreses.

Las empresas no tienen esa vocación de control o imposición, al contrario, en muchos casos empresariales, es un plus que la mujer pueda dedicar tiempo suficiente a la productividad económica de la empresa, y si es soltera representa un activo para la concepción economista del empresario, que si fuera casada y, con propensión a tener hijos, aclara De Peña Evertsz.

Importancia del estado civil en la mujer De acuerdo con la terapeuta Rafaela Burgos, la etiqueta del estado civil continúa presente y se estigmatiza todavía cuando la mujer llega a cierta edad y no tiene pareja o hijos, y esta indagación sobre el estado civil es la primera pregunta que se realizan en las reuniones familiares: ¿cuándo vas a tener novio?, ¿cuándo te vas a casar, ¿cuándo vas a tener hijos?, hay todo un plan social, toda una agenda para la mujer, y es normal que en algún momento ella comience a dudar sobre si debe cumplir esa agenda que tienen para ella.

Para Burgos, las expectativas de la sociedad son las mismas, independientemente de la clase social, aunque entiende que puede ser que la clase alta resista mejor la presión.

Sin embargo, De Peña Evertsz plantea que, la posición frente al estado civil midiendo estereotipos y representaciones sociales, ha cambiado y dependiendo de la clase social: si son hijas de familias de altos o medianos ingresos, hay una definición sobre la soltería de la mujer diferente al caso de las mujeres de bajos ingresos, aunque en algún momento puedan converger.

El factor edad es otro de los puntos que cobra importancia: las mujeres más jóvenes tienen menos inducido el término de moral cristiana o de creencias, algo que sí poseen las mujeres más adultas de que es obligatorio el matrimonio para sentirse autorrealizadas.

¿Puede una mujer soltera ser feliz sin sentir presión social? ¡Claro que sí!, puntualiza con entusiasmo Mary, incluso en esta sociedad machista se puede ser feliz. Si la mujer tiene la suficiente inteligencia, puede llegar a ignorar esa presión que, de alguna manera u otra, siempre estará presente en las reuniones familiares y en tu círculo de amistades. Siempre van a querer cuestionarte, pero si decides que esta es la decisión que deseas para tu vida y tus razones están claras de mantener la soltería, ya sea por objetivos profesionales o laborales, simplemente debes ignorar este estigma.

Esa felicidad dependerá de qué tan decidida y qué tan clara esté la mujer al respecto y, en el caso de los solteros, sucede lo mismo que con la persona que se divorcia, y es que se enfrenta al interrogatorio de ¿cuándo te vas a volver a casar?, ¿cuándo vas a tener pareja? “Hay una determinación externa que puedes resistir, pero para lograrlo debes estar enfocada en cuáles son tus objetivos, evitar las expectativas sociales y que los estereotipos se instalen; debes establecer límites sin enojarte”, explica Burgos.

El estar soltera es un estado que aplica a los divorciados, porque si la persona no está casada, es soltera, aunque en este caso quizás no sienta la presión con la misma intensidad de alguien que nunca se haya casado, pero puede que la persona divorciada sienta dificultad o incomodidad para relacionarse de nuevo, concretiza Burgos, aunque los juicios de valor, en este caso, son diferentes, agrega el sociólogo De Peña Evertsz.

Son muchas las personas que esperan que la mujer siga ese plan que fue diseñado y que, para muchos, es el sueño que se debe cumplir: el tener una pareja estable, alguien con quien procrear y envejecer. Aunque aún siga presente el machismo, la soltería se encamina a dejar atrás el estigma y a imponer un estilo de vida basado en nuestras propias reglas, virtudes y anhelos, que demuestren que la mujer es capaz de crear un espacio para sí sola, que posee toda la destreza necesaria para demostrar su inteligencia, de disfrutar en libertad plena de viajes, estudios y, sobre todo, abrirse camino en una sociedad que limita esa libertad hasta cierto punto por su forma de pensar.

Ser soltero no significa escapar de las responsabilidades, no es un trauma, no quiere decir que se tiene una incapacidad para el compromiso; ser soltero es una elección consciente, que implica conocimiento profundo de sí mismo, valores, proyectos, amor y dignidad. Como puntualizó la psicóloga Rafaela Burgos: ‘’Estar soltero no es un problema psicológico, no es un problema social, no es un problema personal, es una decisión’’.

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