Activismo
Animalistas toman Seúl para acabar con el consumo de carne de perro
Ya fuera exhibiendo peluches o cadáveres de cachorros, distintos grupos animalistas tomaron este martes el centro de Seúl para pedir que se prohíba el consumo de carne de perro en Corea del Sur, donde esta costumbre milenaria cuenta cada vez con menos adeptos.
La fecha elegida no fue casual, ya que el 17 de julio es este año el primero de los llamados “sambok”, los tres días que se consideran los más calurosos del año y en los que la creencia popular anima a consumir carne de perro en “bosingtang”, una sopa que aseguran que revitaliza e incluso potencia la libido masculina.
Se cree que en estas tres jornadas estivales se consume más de la mitad de la carne de perro (no hay datos oficiales puesto que la ley no cataloga los cánidos como animal de cría) que se come anualmente en Corea del Sur, donde las entidades animalistas calculan que en torno a un millón de perros es sacrificado al año para su consumo.
La asociación CARE aprovechó la fecha para desplegar en la plaza frente al ayuntamiento 2,018 peluches de perro para concienciar sobre lo que considera una industria cruel y para apoyar la adopción de los animales que suelen vivir hacinados en granjas.
Cada uno de estos peluches (llamados “Toris” en honor a Tori, el perro que el presidente surcoreano Moon Jae-in adoptó de un albergue tras llegar al poder en 2017) se puede adoptar simbólicamente.
“El dinero se usa para rescatar un perro de un criadero (se abona una cantidad al dueño de la explotación) y luego al animal se le buscará un nuevo hogar”, cuenta Cho Kyung-joo, una de las integrantes de CARE.
Su organización se acaba de hacer cargo de unos 200 canes de un criadero de Nam-yanju (al este de Seúl) que decidió cerrar, tendencia aparentemente en alza ante la progresiva disminución del consumo (se cree que en el último lustro ha caído un 50 por ciento), el cual es casi inexistente entre menores de 30 y especialmente entre las mujeres.
Esto último se puede certificar tan solo con entrar en alguno de los miles de restaurantes de “gaegogi” (carne de perro) que hay en Corea del Sur, que están empezando a desaparecer.