BOTÁNICA

El más completo banco de semillas del Caribe

En colaboración con el Kew Gardens de Inglaterra, el Jardín Botánico Nacional inauguró el edificio que albergará, para su conservación, miles de especies endémicas y nativas de La Española

Colección. En el banco del JBN se conservan las colecciones de germoplasma de las diferentes especies autóctonas (nativas y endémicas de La Española). ©Glauco Moquete/LD

Colección. En el banco del JBN se conservan las colecciones de germoplasma de las diferentes especies autóctonas (nativas y endémicas de La Española). ©Glauco Moquete/LD

Luego de seis años de trabajo, investigaciones y búsqueda de recursos para conseguir una infraestructura y equipos que aseguraran una conservación de calidad, el Jardín Botánico Nacional (JBN) inauguró el pasado martes su banco de semillas.

El edificio ocupa 350 metros cuadrados y está enfocado en la conservación e investigación de especies autóctonas (nativas y endémicas) de La Española.

¿Algo de historia? En 2006, durante la celebración en el país del IX Congreso Latinoamericano de Botánica, el JBN pasó a formar parte del Banco de Semillas del Milenio (BSM), un proyecto mundial que coordina el Real Jardín Botánico de Kew, en Inglaterra, que pretende asegurar la existencia de semillas y su uso cuando se les necesite, evitando con ello su extinción.

Inició de esta forma en 2007 una colaboración entre ambas instituciones que ha implicado expediciones conjuntas de recolección de semillas, conservación de especies prioritarias en el banco de semillas de Reino Unido y entrenamiento para el personal del JBN.

Tiziana Ulian, Efisio Mattana y Keith Manger, tres de los investigadores del Kew que han estado trabajando de cerca con el JBN y visitaron el país para participar en la inauguración, conversaron con LISTÍN DIARIO sobre su experiencia en la culminación de un sueño que, como dice el director del JBN, Ricardo García, es la obra de mayor impacto estratégico en la conservación de la flora dominicana.

UN BANCO DE VIDA. Construido a un costo de 18 millones de pesos, el banco de semillas del JBN inició con la conservación de 625 especies. Se estima que, a largo plazo, albergue entre 3,500 y 4,000. De las 625 especies colectadas, hay 194 duplicadas en el Banco del Milenio, bajo la coordinación del Kew Gardens.

Tiziana Ulian, investigadora principal de Diversidad Vegetal y Desarrollo del Kew, explica que la principal colaboración del jardín británico fue la colección de semillas con un enfoque en las especies amenazadas, especies endémicas, nativas y útiles.

“Cuando empezamos se hicieron entrenamientos sobre las técnicas que nosotros usamos para la recolección de semillas aceptadas a nivel internacional y después de recolectar la semilla, en el manejo, pues hay muchas semillas que se deben secar rápidamente porque pueden perder la viabilidad. De las semillas recolectadas, hasta ahora hemos duplicado 328 colecciones de semillas; y de estas, hay 194 especies”.

El coordinador de proyectos del Kew en América Latina, Efisio Mattana, dice que un componente fuerte del BSM es la investigación.

“Aquí, en las áreas tropicales, hay un potencial muy alto de especies con semillas que no se pueden conservar en las condiciones estándares del banco, a menos que sea en situaciones especiales, disecándolas y guardándolas a -20 grados Celsius. Por eso se necesita ser un poco tolerante en la conservación de estas semillas, y esto solo se puede hacer en el país de origen, porque se necesita trabajar con las semillas frescas. Hemos trabajado con el equipo del JBN para desarrollar un protocolo de investigación que contemple aspectos como la desecación y el almacenamiento”.

Como especialista en ecología de la semilla, Mattana se ha involucrado en la identificación de las semillas recalcitrantes (aquellas que pierden la viabilidad al poco tiempo de ser colectadas y ameritan que las pruebas se realicen prácticamente en el campo) y las ortodoxas.

Aquí se manejaba muy poco esta información, asegura Ricardo García, director del JBN. “Por lo tanto se hacía difícil hacer trabajos de conservación con esas especies que no sabíamos cómo se comportaban. La colaboración de Kew nos ha permitido entrenar un equipo, encabezado por Wilkin Encarnación, que ya podemos llamar expertos en manejo de semillas”.

Ocurre, explica el botánico Brígido Peguero, encargado de Taxonomía y Exploraciones del JBN, que previo a esta colaboración coleccionaban cualquier cosa, cualquier especie.

“Ahora nos enfocamos en las especies autóctonas (endémicas y nativas), y en plantas leñosas, sobre todo árboles. Es un proyecto más específico. Las plantas exóticas no van aquí. Las recolectamos para otras cosas, pero para fines de conservación solo autóctonas y solamente árboles y en algunos arbustos leñosos. En alguna forma ha sido un logro conseguir algunas especies como la Arcoa gonavensis, algunas Ixoroideae y Pereskia”.

SOBRE EL BANCO. Para Keith Manger, asesor Técnico del Banco de Semillas del Kew Gardens, cualquier edificio podría convertirse en un banco de semillas, pues las unidades básicas son el cuarto de secado y el cuarto frío; pero sí debe ser un rigor que las selecciones a colectarse tienen que ser de alta calidad y su procedimiento para almacenarlas también.

“Lo importante es el manejo de la semilla, su limpieza, cómo remover las plagas y la desecación. Las ortodoxas, las que se pueden secar, deben secarse bien para que no pierdan la viabilidad. Luego hay que cerrar los envases herméticamente y ponerlos a congelar a -20 grados Celsius. Estas son claves para el buen funcionamiento del banco”.

El investigador británico señala que un aspecto interesante y positivo del banco se semillas es que puede conservar muchas especies en un espacio relativamente pequeño. De hecho, toda la flora de La Española se puede conservar en el banco del JBN, dice.

Al respecto sostiene Brígido Peguero: “Nuestro banco es pequeño en dimensiones, pero es una réplica en tecnología del banco de Kew. Es decir, gracias al asesoramiento de Keith, tenemos los mismos equipos que maneja el Kew”.

Esto lo convierte, aseguran los investigadores del Kew, en el más completo y moderno del Caribe. Según Manger (que indica que la importancia del banco, amén de la conservación, radica además en que las semillas pueden ser usadas con fines agrícolas y forestales), el 67% de las especies del mundo se pueden conservar en bancos de semillas, pero el porcentaje podría ser más bajo en los países tropicales como República Dominicana debido a la naturaleza de las semillas.

“Por eso la importancia de los estudios y ensayos, para determinar si una semilla es recalcitrante u ortodoxa”.

En ello ya se está trabajando, apunta García.

GRAN EQUIPO. Ulian admite que el proceso para levantar el banco de semillas se hizo más rápido y efectivo gracias al gran equipo de investigadores botánicos y la plataforma científica con que cuenta el JBN.

“Nosotros pusimos la parte del conocimiento que tenemos a través de la experiencia del BSM, sobre cómo recolectar siguiendo los protocolos internacionales de recolección y manejo y conservación de semillas, pero los botánicos de acá son excelentes. Hemos tenido varios intercambios, hemos aprendido mucho sobre la flora de La Española a través del JBN y hemos hecho por lo menos una salida al año en conjunto con los botánicos de aquí”, comenta.

¿Por qué fue necesario el asesoramiento del Kew Gardens si el país cuenta con grandes investigadores? Para Mattana, ahí radica la importancia de la colaboración.

“Los botánicos del JBN tienen los conocimientos sobre la taxonomía, la flora, la vegetación, la ecología de las especies. Nosotros tenemos el conocimiento sobre la biología y la ecología de las semillas. Las semillas cambian mucho según la especie de la familia a la que pertenecen, pero hay características comunes; y para entender cómo las semillas de diferentes especies germinan y cómo se comportan es muy importante conocer su biología, cómo se da el desarrollo del embrión, si la cubierta de la semilla es impermeable o no… Son detalles que nos permiten acercarnos al conocimiento que tienen los botánicos de los países donde trabajamos, y obtener un perfil ecológico que sea lo más completo posible”.

META CUMPLIDA. El intento de levantar un banco se semillas en el Jardín Botánico de Santo Domingo se remonta a la década de los 80, pero no fue posible debido a las condiciones y a la poca experiencia. “Incluso llegamos a producir un index de las especies ?explica Francisco Jiménez, encargado del departamento de Botánica del JBN?, pero como no teníamos las condiciones de almacenamiento adecuadas resultaba que, muchas, cuando las poníamos a germinar por un determinado tiempo se dañaban, no germinaban. Por eso es que acudimos al asesoramiento de la creación de un banco de semillas con condiciones, ambientado para la conservación”.

Agrega que antes de la recolección, los botánicos hacen una revisión en el Herbario Nacional de los especímenes para ver cuándo florece y fructifica la planta.

“Y entonces hacemos una ruta para colectar. Aunque se le da prioridad a las plantas leñosas, el banco también se dedicará a recolectar semillas de especies en peligro que tienen su importancia, como las herbáceas”, afirma.

ACCESO. ¿Puede entrar cualquier persona al banco de semillas? No al cuarto frío destinado a almacenar las muestras de forma definitiva.

“Esa área es restringida –dice Peguero-, pero hay un área donde entra la educación. En esa área la gente puede conocer la semilla, ver cómo se trae al banco y conocer el proceso de tratamiento hasta el momento de llevarla al cuarto frío. Esa área disponible al público puede usarse como un espacio para educar, con todo el protocolo debido que tome en cuenta el número de visitantes, si se deben cubrir los pies o la cabeza o no”.

El banco estará a disposición de las instituciones públicas y organizaciones sin fines de lucro, señala Ricardo García, como soporte para la recuperación de las áreas deforestadas y para asesoramiento en cuando al manejo de especies. “República Dominicana está en estos momentos empeñada en la recuperación de su cubierta boscosa, por lo tanto, este banco de semillas va a ser una herramienta fundamental para estos fines. El año pasado, el presidente de la República declaró el cuatrienio del agua, y este 2017 fue declarado año del desarrollo agroforestal. La colaboración con el Kew, y este banco de semillas, es una herramienta de trabajo fundamental para lograr este objetivo”.

PERFILES. Tiziana Ulian (Italia) es la investigadora principal de Diversidad Vegetal y Desarrollo del Kew, donde comenzó a trabajar en 2004 en el proyecto del Bbanco de Semillas del Milenio para América Latina. Desde 2007 colabora con el JBN. Su experiencia de trabajo se concentra en el uso de semillas para proyectos de reforestación y desarrollo humano. Estuvo a cargo del proyecto de plantas útiles. Coordina un equipo de trabajo que se ocupa del uso de la diversidad vegetal para el desarrollo humano y el capital natural.

Efisio Mattana (Italia). Coordinador de proyectos en América Latina, Mattana fue curador del Banco del Milenio. Es especialista en ecología de las semillas, con mucha experiencia de trabajo en el Mediterráneo. Se inició hace tres años en el Kew con un proyecto de conservación y uso de las plantas útiles que incluye a México, en América Latina, y cuatro países de África.

Keith Manger (Inglaterra). Es el asesor técnico del Banco de Semillas, involucrado desde el principio en la construcción del Banco del Milenio. Encargado de los laboratorios y de los equipos del Kew, por muchos años se ha dedicado a ofrecer entrenamiento a los colaboradores internacionales en la parte técnica de la conservación de semillas y en la construcción de los bancos de semillas, una experiencia que realiza en RD desde el 2010.

DE INTERÉS. --- De acuerdo con Tiziana, el Kew cuenta actualmente con 80,428 colecciones de semillas que incluyen 37,399 especies provenientes de 187 países. Todo se realiza bajo un acuerdo de beneficios entre el Kew y estos países, acogiéndose las partes a protocolos internacionales sobre diversidad biológica que establecen cómo se hará uso de estos recursos.

-- El Kew, explica Ricardo García, cuenta con alrededor de un 10 por ciento de las semillas de todas las plantas conocidas, esperando alcanzar un 25 por ciento para el 2020. -- En agosto del año pasado, el Kew y el JBN iniciaron un programa de conservación y aprovechamiento de 200 especies nativas y endémicas (50 por año).

El edificio de 350 metros cuadrados y capacidad para almacenar millones de semillas incluye un laboratorio, área de investigación, un cuarto frío para conservar las muestras y un laboratorio de cultivo in vitro. Glauco Moquete/LD

El director del JBN, Ricardo García, y Tiziana Ulian encabezan la inauguración del banco de semillas. Al acto asistió el ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito.  JBN

Antes de almacenar la muestra de forma definitiva, es necesario verificar su viabilidad mediante ensayos de germinación, pruebas de tetrazolio y contenido de humedad. JBN y LD

Wilkin Encarnación, encargado del banco de semillas del JB; Francisco Jiménez, encargado del departamento de Botánica; Ricardo García, Tiziana Ulian, Efisio Mattana, Keith Manger y Brígido Peguero, encargado de Taxonomía y Exploraciones del JBN, durante el encuentro con LISTÍN DIARIO. Glauco Moquete/LD

Construido a un costo de 18 millones de pesos, el banco de semillas del JBN inició con la conservación de 625 especies, de estas 194 están duplicadas en el Banco de Semillas del Milenio.

Tiziana Ulian, Efisio Mattana Y Keith Manger, investigadores de Real Jardín Botánico de Kew que colaboraron en la creación del banco de semillas del JBN.

Aunque pequeño en dimensiones, el banco de semillas del JBN utiliza la misma tecnología del Kew Gardens y tiene capacidad para albergar toda la flora de La Española.