Memorias
En la plaza Puerta Cerrada nace una calle tabernera: Cava Baja
Desde la Plaza Mayor, bajando por la calle Cuchilleros va mi ruta hacia Cava Baja, una calle donde abundan restaurantes y tabernas. En el trayecto está Puerta Cerrada, plaza donde confluyen varias calles. En su centro: una gran cruz de piedra señala el punto donde “posiblemente” estuvo enclavada la puerta a la cual se alude. De ella aparecen explicaciones en una placa del edificio número 13: “Junto a este lugar se emplazó hasta 1569 la Puerta Cerrada, uno de los principales accesos de la muralla medieval de la villa”.
Detrás de la cruz, resaltan grupos de plantas dibujadas en un muro trampantojo, con unos pequeños huecos. ¿Serán ventanas verdaderas? En la pared aledaña leo un párrafo que no entiendo: “Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son”. Luego me entero que fue el primer lema de Madrid.
(Del lema, dice el diario ABC: “Las antiguas murallas de la ciudad, compuestas de sílex, provocaban un destello de luz cada vez que chocaba una flecha contra ellas, dando la impresión de estar hechas de fuego. A su vez, la vinculación con el agua procede del periodo visigodo, cuando la región era conocida como ´Matriceª (madre de aguas”).
Ya en Cava Baja, “la calle más tabernera de Madrid”, me encuentro ante el número 9, donde funciona un renombrado restaurante: Posada de la Villa, casa fundada en 1642. Es lunes a la 1:00 de la tarde. Está cerrado. ¿Será lunes día de descanso o por qué muchos restaurantes madrileños abren a la 1:30?
Un lugareño me indica que muy cerca “está Alatriste, pero quizás ahora esté cerrado”. Me explica, sin preguntarle, que por esta calle pasaba la muralla. Señala hacia una casa. “En el interior de la número 8 queda un trocito de ella”.
Prosigo mi andadura por Cava Baja. Los pequeños comercios están cerrados. Quizás por ser hora de la siesta, costumbre que todavía mantienen muchos españoles.
Al otro lado de la calle, en el número 24 descuella una fachada de mosaicos. Es La Chata, un horno de asar y restaurante. A mi izquierda, resaltan tonos rojizos en los marcos de madera de Casa Curro Taberna, fundada en 2008 en Marsella. Está abierta. Empero, varias pizzerías y tabernas están cerradas. ¿Cierre definitivo o descanso?
Me detengo junto a la Taberna Los Huevos de Lucio. El nombre me desconcierta, pues la palabra huevos no está escrita. Sólo un dibujo la representa. Al frente está Casa Lucio. Son la misma familia. La Casa, regentada por el padre. La Taberna, por los hijos. En ella he de almorzar.
POSADAS EN CAVA BAJA La calle Cava Baja era un antiguo foso de la muralla cristiana. Una guía de arquitectura y urbanismo de Madrid señala que fue poblada de posadas entre los siglos XV y XVIII, donde paraban “arrieros, carruajes, vendedores, etcétera. Cada uno según su procedencia lugareña se aposentaba en una determinada”. Quedan algunas, convertidas en hoteles, como El León de Oro y El Dragón.