OJO CON LA VISTA

Retinopatía falcémica 

La falcémia consiste en una alteración de la hemoglobina (en su cadena de aminoácidos), y es la encargada de transportar el oxígeno en la sangre. Esto produce una pérdida de la capacidad del glóbulo rojo en alterar su forma; para poder desplazarse a través de los tejidos y distribuir el oxígeno conllevando a isquemia (falta de oxígeno). El compromiso de la retina se denomina retinopatía falcémia. La falcemia es más frecuente en pacientes de raza negra. El daño primario es la oclusión arteriolar periférica y la no perfusión capilar en la retina, que puede conllevar a zonas de neovascularización (formación vasos sanguíneos anormales). Las complicaciones oculares pueden ser variadas: hemorragias vítreas, neovascularizaciones, desprendimientos de retina. La retinopatía falcémica se subdivide en no proliferativa y proliferativa. Los cambios no proliferativos se deben a la no perfusión tisular y producen hemorragias retinianas que presentan diferentes características por la absorción de ellas. El tipo proliferativo se subdivide en: oclusión periférica (estadio I), anastomosis arteriovenular (estadio 2), neovascularización (estadio 3), hemorragia vítrea (estadio 4) y desprendimiento de retina (estadio 5). La retinopatía falcémica puede afectar otras estructuras oculares, como: nervio óptico, conjuntiva. Todo paciente de raza negra, que presente sangrados oculares espontáneos en la cámara anterior del ojo, debe ser evaluado para descartar falcémia. El manejo terapéutico de la retinopatía falcémica incluye: diatermia, criopexia, láser y cirugía vitreretiniana. El tratamiento con láser debe ser en las zonas no perfundida de la retina. La cirugía está reservada para los casos de hemorragias vítreas y desprendimientos de retina .

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