REALIDAD Y FANTASÍA
Loma que no llega a la montaña
Loma Miranda, Loma Miranda... Emma está harta de la tal loma. “De lo único que se habla es de eso”, se queja mi factótum, ¡en la radio no hay otro tema! Mi morena cocinera quiso saber cuál era el problema con la loma que no llega a ser montaña. Le expliqué de la manera más sencilla y sucinta en qué consistía el asunto y los motivos que tuvo el Presidente para objetar la ley. Después de escucharme, a ella le pareció que eran muy sensatas las objeciones del primer mandatario y desechó los planes que tenía de irse a protestar con quienes están en desacuerdo. Le encanta una protesta y siempre que puede se suma a los indignados para la causa que sea. Le comenté que así como sucedió con el caso de la Barrick, el jefe de Estado buscaría una solución ventajosa para República Dominicana, respetando la ecología, pero sin perjudicar a la compañía que opte por los derechos de explotación. Así el país no enfrentaría problemas de envergadura internacional, para no mencionar el dineral que habría que pagar en compensaciones. Además de que no se ahuyentaría la inversión extranjera que tanto necesitamos. Emma concluyó muy sensatamente que si tenemos tantos minerales, como se dice, lo mejor es explotarlos y así darle trabajo a muchísima gente, además de los beneficios económicos que favorecerían a las regiones cercanas a las minas y los réditos que recogería el gobierno. Yo la felicité por su acertado comentario y ella se marchó muy satisfecha a echar un palique con sus amistades y expresarles su punto de vista sobre la famosa loma. Me da la impresión de que lo va a pensar dos veces la próxima vez que le propongan acudir a una protesta, si se explicaran los asuntos con claridad, la mitad de estas ni siquiera ocurrirían...