REFUGIO
Envejecer
Al llenar el formulario, la señora se queda paralizada cuando se le pide colocar su edad. ¿Puedo dejar ese espacio vacío? Le pregunta a la joven de la ventanilla, a lo que le contesta: Sí claro, lo pedimos para fines estadísticos, pero tiene el derecho a no poner sus años. Otra mujer que acompañaba a la señora manifestó: “Puedes poner tus años, pero después que te hagas la cirugía”, y se ríen. Luego de ver ese episodio me preguntaba: ¿por qué envejecer se ha convertido en algo tan horrible, cuando es inevitable? Existe la costumbre del “terror a envejecer”, a la cultura del miedo le ha dado mucho resultado, y muchas empresas de la belleza se han hecho ricas con las cirugías, las cremas, tratamientos, aplicaciones, y todo eso ha formado parte del consumismo, y de que si utilizamos tal o cual cosa nos veremos menos vieja. Lo cierto es que muchas mujeres y hombres, al colocarse tantos tratamientos para detener los signos de la edad, se parecen a otra cosa, menos a ellos mismos. En el sistema en que vivimos ser viejo o vieja es algo malo. Nos enseñan que el pasar de los años es sinónimo de estar marginados y desvalorizados. En el imaginario social está instalado un “enaltecimiento a la juventud”, si vemos los anuncios publicitarios solo colocan mujeres de la tercera edad en los productos de “incontigencia urinaria” y a los hombres en productos de “vitalidad y potencia sexual”. Claro, ese es otro tema. Pero siempre se muestra una imagen de la decadencia y de la pérdida de algo, ya sea de la potencia sexual o de los orines. Hay que ir “desapareciendo” estos patrones viejos e ir contribuyendo al cambio de pensamiento viendo y colocando a las personas de la tercera edad en sujetos morales dotados de autonomía y derechos, pues por más joven que se esté, si no morimos antes, todos y todas entraremos a este parte. Así que a disfrutar y vivir cada segundo y si la vida te dio la dicha de vivir todos estos años, hazlo como si fuera el último día. Nunca es tarde para emprender un nuevo proyecto, en especial el mejor de los proyectos: vivir la vida misma.