ALGO QUE CONTAR...

Practiquemos la tolerancia

El sábado pasado se celebró el Día Mundial contra la Homofobia. Fecha que pasó con una tímida apertura en República Dominicana. Hasta cierto punto lo entiendo. Somos una nación ultra conservadora -para lo que quiere- donde cualquier intento de promoción de los derechos de los homosexuales es descartado inmediatamente y donde la Constitución prohíbe explícitamente el matrimonio entre sexos iguales. Así que es natural que esta conmemoración sea barrida bajo la alfombra de moralidad que se pretende tener en esta media isla. En cambio, a nivel mundial ese día se toma como una oportunidad para recordar a la humanidad que a fin de cuentas todos somos iguales, sin importar de qué sexo sea la persona con la cual decidimos tomarnos de la mano. Es una fecha que debería ser aprovechada para crear conciencia sobre la actitud primitiva que resulta discriminar a una persona por su orientación sexual. Y no me refiero al simple hecho de no estar de acuerdo con esto, porque todos somos libres de apoyar algo o no; sino cuando la discriminación se convierte en violencia. Tal es el caso de los países que castigan la homosexualidad con pena de muerte: Arabia Saudí, Emiratos árabes, Irán, Mauritania, Somalia, Sudán del sur y Yemen. Otros países tienen castigos menos drásticos, no los matan pero los encarcelan por varios meses, por tanto no deja de ser abuso a la libertad de cada ser humano. Debemos preguntarnos, ¿Quiénes somos para juzgar el estilo de vida de alguien más? ¿Si no hacen daño a terceros, por qué castigarlos? Y para los que se aferran a la teoría de que la homosexualidad es castigada por Dios, Alá, Buda o cualquier otra deidad. ¿No sería trabajo exclusivo de ellos darles su merecido al final de esta vida? Practiquemos la tolerancia, no sólo en este aspecto, si no en toda nuestra cotidianidad. La vida es corta para ir esparciendo el odio hacia los demás.

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