DÍA DEL NIÑO EN REPÚBLICA DOMINICANA
Infancia y bienestar
La pobreza, la carencia de servicios básicos y la “ausencia" del Estado, principalmente en zonas rurales apartadas, atentan contra los derechos de los menores.
Como parte de su Proyecto de Fortalecimiento del Sistema Nacional de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, la ONG Visión Mundial ordenó la realización de un estudio de línea base. Un total de 616 niños, niñas y adolescentes (NNA) entre ocho y 18 años, y 338 adultos participaron en grupos focales, talleres y entrevistas para la investigación que recogió información importante sobre el estado de bienestar de los menores en zonas rurales y urbanas marginales realizada en Santo Domingo Norte, Yuma, Enriquillo y la región Noroeste. El abogado Francisco Leonardo, coordinador del proyecto, recuerda que menores y adultos casi siempre coincidían al hablar de los principales problemas que enfrentan los infantes. Las diferencias surgían al evaluar la respuesta ante dichos problemas: mientras los adultos pertenecientes a las instituciones del Sistema de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes consideraban que se había avanzado bastante, los NNA opinaban lo contrario. La pobreza, la carencia de servicios básicos y la “ausencia del Estado”, sobre todo en zonas rurales apartadas, atentan contra los derechos de los NNA en las poblaciones estudiadas, asegura. “Gran parte de la población infantil se encuentra en una situación muy precaria en cuanto al acceso a la educación, la calidad de la educación, la calidad de los servicios de atención médica y la respuesta de los organismos gubernamentales de protección en los casos de abuso”, explica Leonardo. “Nosotros -añade- vivimos en una especie de burbuja y pensamos que nuestro universo se extiende a los otros puntos cardinales del país, y no es así”. ((Avances Registro y acceso a servicios de salud((+01 De acuerdo con el estudio de Visión Mundial, ha habido avances en el estado de bienestar de los NNA. Por ejemplo, el descenso del número de NNA que no fueron registrados al nacer ha sido “notorio”. El subregistro se sitúa en un 13%. No obstante, señala Leonardo, el dato exige un análisis: “Los padres que participaron en las entrevistas y los grupos focales, destacaban la dificultad para obtener una documentación que acredite el nombre, la nacionalidad, como una de las principales trabas para el acceso a la educación de los niños. Es posible que muchas personas se hallen registradas pero que estén teniendo problemas para obtener copias (de su acta de nacimiento)”. Aunque ha habido avances con relación a la vacunación de los niños, Leonardo destaca que, la ampliación en la cobertura de los seguros de salud constituye todavía un “serio desafío”. Por su bienestar y su protección El derecho a la protección contra el abuso y la explotación sexual, comercial y laboral sigue estando entre las más vulneradas de las prerrogativas de niños, niñas y adolescentes (NNA) en el país. Sigue habiendo muchos menores sometidos a explotación doméstica, sobre todo los que migran de la zona rural a la urbana, donde los acogen familias que les asignan las tareas del hogar. Otros se ven forzados a trabajar en áreas riesgosas como la agroindustria. Entretanto que la explotación sexual persiste, de manera especial en los polos turísticos. ¿Por qué persisten estas problemáticas tras diez años de vigencia del Código para la Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Ley 136-03)? Francisco Leonardo, abogado del área de Advocacy de la ONG Visión Mundial, cita factores tanto económicos (inequidad) como socioculturales, que se conjugan con la ausencia de políticas de prevención efectivas y las debilidades del sistema de justicia. “Hay un déficit en la implementación de la Ley 136 que establece el Sistema Nacional de Protección de los NNA”, afirma. Dicho sistema integra a todas las instituciones gubernamentales y no gubernamentales que diseñan o ejecutan las políticas de protección de los NNA. Sin embargo, dice Leonardo, las estructuras locales en unos casos no existen y en otros son inoperantes. “El Estado -asegura- no ha asumido en serio el Sistema Nacional de Protección”. La Ley 136-03 establece que al menos el 2% del Presupuesto Nacional y un 5% del presupuesto de los ayuntamientos debe destinarse a financiar el sistema; no obstante, se queja Leonardo, este mandato nunca se ha cumplido. ParticipaciónEl enfoque “adultocéntrico”, según el cual los menores siempre deben ser tutelados o representados, también atenta contra los derechos de los NNA. Es solo uno de los tantos estereotipos “que generan un cerco terrible en la relación entre la población adulta y la población infantil: los procesamos sicológicamente como no sujetos, sino como objetos”, dice Leonardo. Los NNA pueden participar y demandar el respeto a sus derechos, pero para ello habría que hacer un arduo trabajo de empoderamiento. Además, el perfil de su participación no sería el mismo que el de los adultos. Esa participación puede promoverse a través de organismos locales (los ayuntamientos juveniles, por ejemplo), asociaciones y otros grupos comunitarios. “Existen muchos espacios a través de los cuales se puede promover la participación y desarrollar un proceso de transferencia de herramientas para que los niños, niñas y adolescentes puedan desarrollar procesos de incidencia en reivindicación de mejores políticas públicas”, concluye. ((Los NNA pueden participar y demandar el respeto a sus derechos, pero esto requiere un arduo trabajo de empoderamiento. El perfil de su participación no sería el mismo que el de los adultos. ((Estudio Otros resultados de la investigaciónEl 93% de los niños, niñas y adolescentes que participaron en el estudio de línea base que realizó Visión Mundial estaba alfabetizado; el 5.5% no estaba inscrito en la escuela; 17% tenía dificultades para el aprendizaje; el 50% afirmó que no sabía usar computadora, y el 43% no practicaba ninguna actividad deportiva. En cuanto a la salud, el 88% había completado su esquema de vacunación, pero solo el 51% poseía seguro médico. El 79% vivía con parientes directos, de los cuales 62% incluye a la madre o ella sola; el 17% vivía con el padre solamente; el 12%, con los abuelos y el 4% con tíos. Respecto al abuso, el 66% de los niños, niñas y adolescentes expresó que no sentía inseguridad o miedo en su entorno.