TRIBUNA ABIERTA
Una revista digital para la historia dominicana
SANTO DOMINGO.- En el mundo cultural dominicano, resulta difícil, por los altos costos, lograr el reencuentro permanente entre el historiador y escritor con el público al que va destinada su producción bibliográfica. Sin embargo, el mundo de la Internet está facilitando ese contacto.
En el caso de www.historiadominicana.com.do, he querido aprovechar la experiencia lograda en la utilización de la Internet, como medio que resulta trascendente en los cambios metodológicos del proceso de enseñanza-aprendizaje y hacer lo posible para que los estudiantes y los que ingresen a la página vayan más allá de los libros de textos, se alejen de la práctica de las fotocopias de capítulos y puedan tener acceso a informaciones y ensayos que los ayudarán a conocer y comprender su propia historia.
Con esa intención, me inicié en el año 2005 como “bloguero” y publiqué www.historiadominicana.blogspot.com, y otros espacios relacionados con la cultura y la historia nacional, pero eran sitios limitados, con escritos de mi autoría; ahora no.
Quiero que Historia dominicana, que surgió en los salones de la Academia Dominicana de la Historia el 3 de marzo de este año, sea un medio de todos, en el que se pueda abordar el pasado y la cultura con la intención de que sirva de reflexión, estudio, conocimiento y hasta de motivación para las nuevas generaciones de historiadores, profesores y en especial de la juventud dominicana.
La tarea es ardua y sólo podrá dar sus frutos con las colaboraciones y aportes de los que compartan este propósito. Para esto tengo un correo electrónico al que se puede enviar colaboraciones: alejopaulino@gmail.com, las que podrán aparecer, de acuerdo al tema abordado, en las secciones de la revista: 1) historia, 2) historiadores, 3) biografías, 4) imágenes, 5) cultura, 6) temas y 7) ediciones, cada una dividida en categorías.
La intención es convertir la página en una revista de historia completamente gratis, marcada por la calidad, trascienda lo local y tenga la dominicanidad como norte, en la que podamos ir desarrollando los programas de estudios, sin quedarnos en ellos, profundizando en aspectos difíciles de abordar en las aulas, aunque imprescindibles para ayudar a “pensar históricamente”.