RASGOS
Cara a cara con Duarte
SANTO DOMINGO.- Una fotografía tomada por el venezolano Próspero Rey, en 1873, es la imagen más cercana que se conserva de Juan Pablo Duarte. En ella se observa al Padre de la Patria, a la sazón de 60 años, posar con un bastón y con la mano derecha en el bolsillo.
Pero el retrato, que ha servido de modelo a muchas pinturas y esculturas, fue tomado tres años antes de la muerte de Duarte y no refleja la imagen del joven revolucionario que, a sus 25 años, formó La Trinitaria y, a los 31, vio cumplida su meta de fundar República Dominicana.
“Para la época en que él (Duarte) vivió en el país, no hubo un pintor de los precursores importantes que lo pudiese pintar, porque esos precursores surgen después de la Independencia”, comenta el poeta Cándido Gerón, autor de la “Enciclopedia de las artes plásticas dominicanas” y “Obras maestras de la pintura dominicana”.
¿Cómo era el joven revolucionario hijo de español y seibana? De ojos azules, mirada serena, tez suave y rosada, labios finos, sonrisa dulce y cariñosa, bigote negro y espeso, en contraste con su dorada y poco poblada cabellera. Así lo describió su amigo José María Serra, uno de los nueve fundadores de La Trinitaria, en “Apuntes para la historia de los Trinitarios” (1887).
Emilio Rodríguez Demorizi cita otros rasgos de la fisonomía del patricio que, en sus años mozos, parecía más joven de lo que realmente era. Según ese historiador, la nariz de Duarte no era muy hermosa y, debido a esa característica, el prócer no actuó en los montajes teatrales de La Filantrópica, sino que se limitó al papel de apuntador.
Primeras pinturasAlejandro Bonilla, quien tuvo el privilegio de conocer a Duarte en tiempos de la Independencia, pintó en 1887 el primer óleo del libertador dominicano. Su obra, la misma fecha de creada permite inferirlo, no se basó en la viva imagen de Duarte, sino en el recuerdo que el pintor conservaba de él.
Aquel retrato tiene su historia, una historia que empieza cuando Bonilla ve la fotografía que Próspero Rey le tomó a Duarte en Venezuela.
Al comprobar cómo 60 décadas de vida y el paludismo desmejoraron la imagen del Padre de la Patria, el artista decide recrear la imagen del Duarte joven y animoso que conoció. Envía un boceto a Venezuela buscando la aprobación de las hermanas de Duarte, y éstas, luego de algunos señalamientos, lo admiten como válido.
El Duarte de Bonilla exhibe esa peculiar nariz a la que hacía referencia Emilio Rodríguez Demorizi y una complexión más fuerte que la del anciano de la famosa fotografía. Fue oficializado, en 1889, por el Congreso, institución que le concedió el derecho de reproducir la pintura.
Otros importantes pintores de Duarte fueron Abelardo Rodríguez Urdaneta y Luis -Sisito- Desangles. Uno de los retratos más conocidos y reproducidos de Rodríguez Urdaneta, un óleo de 1892, se encuentra en el salón de sesiones del Instituto Duartiano.
De Sisito Desangles, por otro lado, se destaca la serie “El sueño de Duarte”, compuesta por varias obras en las cuales el recuerdo de la patria, representada por una mujer, acompaña a Duarte por doquier.
Pedro García de Villena también reprodujo, con el pincel, la famosa foto de Duarte y su creación puede apreciarse en el Museo de Duarte, de la calle Isabel La Católica, en la Ciudad Colonial.
“Desde el punto de vista histórico, (las obras mencionadas) son fundamentales, porque son la referencia visual del Juan Pablo Duarte que todos admiramos y respetamos”, comenta Gerón, quien a la importante producción de Bonilla, Rodríguez Urdaneta y Desangles, añade el trabajo de Radhamés Mejía, quien hizo “uno de los retratos más importantes, porque los rasgos son los que más se identifican con la fisonomía de Juan Pablo Duarte”.
“Otros de los retratos que nos acercan a un Duarte verdadero son los que pintaba Virgilio García”, prosigue Gerón.
La búsqueda de una imagen fidedigna de Duarte no se limitó a las últimas décadas del siglo 19 y a las primeras del 20. Apenas el año pasado, el Instituto Duartiano aprobó “El joven Duarte”, del artista Carlos Montesino, como pintura ideal del Padre de la Patria en sus años mozos, cuando encabezó “la revolución de los muchachos”.
“Este es un Duarte vigoroso, no un ancianito vencido por las enfermedades”, comenta sobre la nueva obra el presidente del Instituto Duartiano, José Joaquín Pérez Saviñón. “Duarte fue un líder juvenil”.
Así, como un joven valiente y de gran liderazgo, desea el Instituto que conozcan y recuerden las nuevas generaciones al héroe independentista. Es esa institución, por disposición de la Ley 127 del 2001, la señalada para dar su visto bueno a todo retrato de Duarte reproducido en oficinas públicas, escuelas, monedas, sellos de correo, cuadernos y publicaciones oficiales.
La normativa establece, además, que para la correcta reproducción de la fisonomía del Fundador de la República deben tomarse tomarse en cuenta los retratos básicos de Juan Pablo Duarte.