El Kimchi, un plato infaltable

SEÚL, Corea del Sur.- El que va a un restaurante moderno, propio de turistas, talvez nunca llegue a darse cuenta de la variedad de platos que son usuales en la vida familiar. Yo visité una posada, en la ciudad de Hyung-ju, y me quedé asombrado cuando la camarera trajo 20 platos, la mayoría de ellos platillos, y dos o tres vasijas grandes con agua caliente y vegetales casi hirviendo. El arroz nunca falta. El Kimchi es el elemento insignia. Sin él, ninguna comida coreana está completa. Es una mezcla de varias verduras, entre ellas el nabo, la col, la cebolla de verdeo y el pepino. A muchos coreanos les encanta comerlos con ají en polvo, que es picante. Es un plato esencialmente familiar. Las mujeres de la casa aprovechan los meses finales del año para preparar el Kimchi, antes de que llegue la temporada invernal. Ponen en grandes vasijas el Kimchi y lo sepultan bajo tierra, aunque en la vida moderna la preparación se hace más fácil. Los fabricantes de electrodomésticos crearon un refrigerador para conservar el Kimchi y venderlo en supermercados. Todavía las familias prefieren hacer el plato en sus casas. Las verduras usadas se dejan en remojo en agua salada y luego se enjuagan. Cuando el agua empieza a secarse, se condimentan la col y el nabo. Y luego se deja un tiempo antes de comerse. No produce colesterol y tiene bajas calorías. Posee muchas fibras y de ahí que, entre los coreanos, sea popular el dicho: “Un poco de Kimchi nos mantiene alejados del doctor”. Además del Kimchi, el plato que más atrae a los coreanos es el Doenjang, que es una pasta de porotos de soya que, de acuerdo con los médicos, tiene propiedades anticancerígenas. Los coreanos hierven los porotos de soya, los secan a la sombra, luego los empapan con agua salada y los fermentan a la luz del sol. Pero ya este producto puede conseguirse en los supermercados. También es popular en la comida el “bulgogi” o carne al fuego, sea de vaca o de cerdo. Al principio, cuando se la sirven en restaurante, la carne tiene un color natural. Luego, cuando pasa unos minutos en el agua caliente, tiene otra apariencia, más apetecible.Y se come envuelta en repollos o cualquier otra verdura, añadiéndole o no, según el gusto, algún nivel de picante.

Tags relacionados