crimen
Asesino de Bonao: ‘Me llevaron hasta el final’
A menos de 400 metros de distancia, se encuentran las dos viviendas de las mujeres que murieron a manos de Carlos Campusano.
El victimario está ingresado en un centro médico de Bonao.
Carlos Campusano, quien mató a tres personas en Bonao, incluyendo a su esposa, e hirió a otras tres, dice que tenía intenciones de matar a una cuarta persona la cuál “se habría salvado”, luego de haber difundido que este sostenía una relación amorosa con otra mujer.
Esto lo menciona en un audiovisual mientras se encuentra acostado en una camilla del centro de salud donde está ingresado.
Campusano sostiene también que era “feliz de la vida” antes de que la persona que deseaba asesinar sacara estas informaciones a la luz pública. Menciona que “me llevaron hasta el final”.
El matador recibió una herida de bala en el tórax propinada por uno de los agentes de la Policía Nacional que intervinieron.
A menos de 400 metros de distancia, se encuentran las dos viviendas de las mujeres que murieron a manos de Campusano; Mayra Mordán García, con quien tenía más de 30 años de matrimonio y había procreado tres hijos, y María Juana Ortiz, quien de acuerdo a todos los vecinos, era la pareja extramarital de su verdugo.
Una calle de tierra lleva a la casa de madera donde residía Ortiz, que quedó manchada de sangre tras esta recibir múltiples disparos que cegaron su vida.
Heridos
Tres personas más resultaron heridas, incluyendo a Víctor Alfonso García, hijo del agresor, Wandy Tomás Bonifacio Ramírez, de 42 años, y otro aún no identificado. El hecho ha consternado a la población, así como a familiares y vecinos.
Cruzando la calle, y luego de pasar un pequeño canal, en un callejón de tierra con charcos de agua posada que dan paso a una peatonal, se ubica la que fuera casa de Mayra, donde vivía con su esposo y homicida.
Sin embargo, esta vivienda no fue la escena del crimen en la muerte de Mordán García, sino donde ella laboraba como doméstica en el sector La Silvia.
De acuerdo a los vecinos, Campusano sostenía ambas relaciones públicamente, visitaba a María Juana todos los días a la misma hora, luego de alimentar a sus gallos.
El cuerpo sin vida de Mordán García fue velado en la funeraria municipal, luego de ser trasladado desde el Instituto de Ciencias Forenses (Inacif) en Santiago.
Sin antecedentes
Al conversar con comunitarios, tanto de algunos cercanos a la vivienda del victimario y su esposa, así como de su presunta amante, todos se mostraban sorprendidos ante el suceso, debido a que consideraban al agresor como una persona lejos de ser violento.
Moradores comentaron que Campusano iba todos los días a buscar a su esposa a su lugar de trabajo, en el mismo lugar donde la mató, tras indicar que escucharon alrededor de 6 disparos pero nunca se imaginaron que algo así podría suceder.
Testigos del residencial Chamal II, aseguraron que la inacción policial facilitó la muerte de Basilio Lebrón, seguridad del complejo y tercera víctima de Campusano, quien mató a su esposa, y luego a María Juana.