La delincuencia y poco patrullaje policial atemorizan a residentes de Los Guandules
Los vecinos coincidieron en que la delincuencia mano armada, actos criminales e intercambio de disparos son perpetuados principalmente en horas de la noche, cuando el patrullaje policial es casi nulo.
La barriada capitalina Los Guandules, se ha vestido de sangre en dos ocasiones en menos de un mes tras la muerte a tiros en manos de antisociales de los menores, Carla Maribel, de 14 años, y Yordy Guillermo Rodríguez, de 13, hechos que ponen en evidencia la inseguridad en la que viven sus moradores.
En una visita realizada por Listín Diario en algunas calles del sector, los vecinos coincidieron en la ola de delincuencia a mano armada, actos criminales e intercambio de disparos perpetuados principalmente en horas de la noche.
Agregaron que precisamente en este horario, los patrullajes policiales son más escasos que durante el día, al tiempo que identificaron esto como el principal problema que les afecta.
Sergio Martínez, uno de los moradores, relató que en ocasiones trascurren semanas sin que sean vistas autoridades policiales realizando rondas por las calles del sector, lo que incrementa los actos delictivos y el estado de inseguridad en el que viven.
“No tengo nada en contra de la Policía, pero yo te voy a decir una cosa, a mí se pasan tiempo y no veo un policía por aquí abajo, así de casualidad pasa un motor por allí (señalando la calle paralela), pero el servicio que tiene que hacer no lo hace, si lo hiciera la vagabundería que hay aquí no existiera”, denunció el caballero.
Otro residente, que decidió omitir su nombre, describió que al llegar a su casa luego de su faena laboral no se sienta ni en la galería de su casa y “para trancado”, por temor a ser víctima de un acto delincuencial o un intercambio de disparos entre bandas como los ocurridos en los que fallecieron los menores en hechos separados.
Ana Mercedes, también moradora en el sector, manifestó que ante emergencias médicas en las noches, prefiere resguardarse en su casa hasta que amanezca para no arriesgar su vida.
“Me quedo en mi casa hasta que amanezca, tengo miedo de salir a la calle y menos con una niña pequeña, me quedo en mi casa, para no arriesgar mi vida”, insistió la dama al tiempo de destacar que pasada las 6:00 de la tarde los servicios de taxi no entran al sector “ni relajando”.
Los habitantes coincidieron además, en que son jóvenes quienes se encargan de poner al sector “en zozobra” y se pasean por las distintas vías portando armas. “Pasan chamaquitos con pistola en mano como que ellos son los dueños del barrio” dijo uno de los residentes.
Operan puntos abiertos
Durante el recorrido, reporteros de este diario pudieron apreciar como algunas personas consumían y comercializaban sustancias ilícitas en algunas esquinas al aire libre, como es marihuana y cocaína.
Otras quejas
Otro de los males que manifestaron ser afectados los residentes en los Guandules, son los tan mencionados apagones, refiriendo que pasan dos y tres días sin recibir el servicio eléctrico y a pesar de ello, las facturas “llegan altas”.
Anderson Beriguete, quien se desempeña vendiendo pollos en el mercado ubicado en los alrededores de la comunidad, indicó que en ocasiones ha perdido mercancía por la falta de electricidad.