SIN PAÑOS TIBIOS
¡Comenzó la Feria del Libro!
Ayer quedó formalmente inaugurada la “XXVI Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2024”, evento que concita interés y atención nacional e internacional, máxime en una época donde la cultura retrocede y la incultura se convierte en signo distintivo de los nuevos tiempos.
La historia del libro es la historia de la humanidad misma. Antes de su aparición éramos homo sapiens con distintos niveles de organización, acervo cultural y conocimientos transmitidos de generación en generación. La aparición del libro –en tanto hecho estético– modela la cultura y convierte la lectura en un disfrute per se; el acto de conectarnos con los demás seres humanos, subvierte barreras geográficas o temporales.
Desde la Epopeya de Gilgamesh a nuestros días el viaje ha sido largo, accidentado, convulso y peligroso, pero también hermoso, porque nada nos define más como seres culturales que el hecho de leer y escribir, y aquí el libro es el personaje central.
La feria refleja el compromiso que tenemos como país en contribuir a la construcción del acervo cultural de la humanidad, por eso merece ser celebrada y compartida. Desde su internacionalización –y antes– cada administración del Ministerio de Cultura ha tratado de dejar una impronta; y al margen de críticas –que siempre habrá–, cada titular ha tratado de mejorarla a su manera y con sus medios; y al esfuerzo contribuyen personal del ministerio, autores, libreros, gestores culturales, invitados nacionales e internacionales, y el público que participa.
La Feria del Libro es de todos y debemos apoyarla. Con perdón de Cervantes o Shakespeare este año no fue en abril, sino que será del 07 al 17 de noviembre. Al margen de cualquier crítica por el cambio forzoso de fecha, el resultado puede que sea para bien… que la brisita navideña ayuda a disfrutar más el ambiente ferial.
La vara está bien alta, la feria anterior fue un éxito total y destacó por su novedad, modernidad, organización y rigor. Este año el Ministerio de Cultura apuesta por repetir lo que funcionó y a seguir innovando.
Dedicarla en vida a Mateo Morrison (Premio Nacional de Literatura 2010) es un merecido y justo reconocimiento a la obra literaria de un poeta fundamental de la literatura dominicana, pero también al trabajo del mayor gestor cultural del país de las últimas décadas. No se puede escribir la historia de la poesía dominicana de la posguerra hasta acá, sin las páginas de Morrison. Honrar honra.
La feria también ha sido dedicada a la comunidad de Washington Heights –en Nueva York– bastión de la comunidad dominicana en Estados Unidos; cantera de intelectuales de la diáspora; territorio donde se expresa y redefine el crisol de nuestra identidad.
Las autoridades hicieron bien su trabajo, nos toca ahora disfrutar de la Feria del Libro como lo que es: ¡una fiesta de la cultura!