Palabras para el funeral del mayor general Ramiro Matos González

Honorables presentes,

En este último toque de formación general en tierra, despedimos con los honores y distinciones que en vida ganó el ilustre Mayor General Emérito Ramiro Matos González ERD-

Como manifesté en mi escrito publicado hoy en el Listín Diario , el general Matos representa el centurión del siglo XX, un modelo de dignidad militar, coherencia y servicio continuo a la patria que los oficiales de hoy, activos y en retiro, debemos emular.

Quien les habla tuvo el honor de recibir sus primeras insignias de alférez de fragata de manos de este ilustre general en su graduación.

Años más tarde, estando él ya en retiro, compartimos experiencias y anécdotas sobre temas de historia militar relacionadas con nuestras funciones como viceministro de Defensa y Comandante General de la Armada.

A su lado, bebí de la fuente de su sabiduría y aproveché su vasto conocimiento para interpretar y escribir la historia, con el rigor científico y la investigación con pruebas documentales que necesitan las generaciones futuras para conocer la verdad de los hechos.

Su vida militar es conocida por todos, pero su legado va más allá de sus logros castrenses. Ramiro Matos incursionó en áreas inusuales para el militar, como la pintura y la escultura. También fue el creador desde un carro de asalto hasta el Papa móvil, consagrándolo como un auténtico “Leonardo da Vinci del Caribe.”

Tuve el privilegio de iniciarme en la escritura de libros junto a él, como coautor en el libro “Misión Naval a España 1954. Almirante Lajara Burgos, vicisitudes y consejo de guerra”. Ese fue mi bautizo en el ámbito literario, un aporte que siempre le agradeceré.

En estos tiempos de globalización y revolución tecnológica, donde el militar del milenio, sin salirse del marco legal, debe prepararse para enfrentar amenazas emergentes de manera no ortodoxa, el ejemplo de vida del general Matos será siempre un faro de luz. Su concepto de deontología militar debe guiarnos siempre.

Hace apenas dos semanas, el general me llamó por teléfono para uno de nuestros habituales diálogos sobre mis ensayos en el Listín Diario. En esa ocasión, hablamos del proyecto de su libro de historia militar, en el que quería actualizar las promociones y los desempeños de los oficiales destacados.

Su último deseo fue mostrarme sus borradores. Fue un honor recibir de él esa muestra de confianza.

Tanto la familia como sus discípulos y compañeros de armas débenos agradecer despertar a que me vaya a Dios por tantos años compartidos con este noble soldado, quien hasta su último momento aportó con su disciplina, su intelecto, y su hombría de bien para forjar unas Fuerzas Armadas virtuosas, apartidistas , y comprometidas al servicio del Estado dominicano en los ámbitos de seguridad, defensa, orden público, cultura y desarrollo nacional.

Permítanme concluir con un fragmento de Mario Benedetti, en honor a su elevada sensibilidad cultural

“Si mañana no despertara, solo cree que me he dormido. Piensa en la paz de mi sueño, te sueño y no me he ido. También escucha mi música, lee mis libros, usa mi ropa, toma mi copa, bebe mi vino. No me recuerdes ausente. No me busques en el olvido. Búscame dentro tuyo. Ahí estaré contigo.”

Respetuosamente

¡Descanse en paz gladiador!

1 de noviembre de 2024.

Santo Domingo, República Dominicana

Muchas gracias.

Espero que estas palabras honren la memoria del Mayor General Ramiro Matos González en el tono solemne que merece su legado.

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