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Familiares de militar ultimado exigen justicia: "Que paguen esos delincuentes'"
Fernández, de 44 años de edad, perteneció durante 25 años a las filas del Ejército dominicano.
Con un notable dolor que les oprimía las expresiones y solo les permitía derramar lágrimas por la pérdida de un ser querido, los familiares del segundo teniente del Ejército, Fernández Pérez Beriguete, se encuentran en un estado de profunda aflicción desde la mañana de este martes.
Pérez Beriguete murió la noche del martes a manos de delincuentes, justo después de su participación en el desfile militar conmemorativo del 180 aniversario de la Independencia Nacional.
Entre lagrimas, Yesenia Pérez, de 39 años de edad, una de las hermanas menores del fallecido, repetía: "Que capturen a esos criminales. Que paguen por sus actos malditos".
La madre del teniente, Onelia Beriguete, relató que el suceso tuvo lugar cuando él regresaba a casa, pasadas las 8:00 de la noche, en los alrededores del sector Villa Liberación.
Según contó, unos desconocidos a bordo de una motocicleta chocaron contra el vehículo de Fernando con el objetivo de despojarlo de su arma reglamentaria.
"Tenían que quitarle la pistola y ya, pero no matarlo. Primero le dieron un tiro cuando salió del carro sin su arma en la mano y luego le dieron 4 más", estas palabras de Onelia transmitían su sufrimiento.
Fernández, de 44 años de edad, perteneció durante 25 años a las filas del Ejército dominicano, donde se comprometió siempre con cumplir sus funciones apegado a las buenas prácticas.
Su tío, Isidro Montero, enfatizó que Beriguete siempre se dedicó a ser un hombre de bien.
"Siempre fue íntegro. Nunca se enzarzó en discusiones y siempre se entregó por completo a su trabajo", afirmó Montero.
Beriguete pasó su infancia en una modesta casa en la estrecha calle Rosario Sánchez del sector Cansino Adentro, junto a sus padres.
El día de Fernando comenzaba a las 6:00 de la mañana, a veces incluso a las 4:30, cuando se preparaba para sus labores militares en la Base Aérea de San Isidro.
Al terminar su jornada, regresaba directamente a su hogar para disfrutar de su pasión favorita: pasar tiempo con su familia.
Mercedes Rosa Díaz, hermana de crianza del fallecido, mencionó que sus tres hijos, dos niños y una niña de 10, 12 y 18 años, junto con su esposa, lo esperaban cada día con los brazos abiertos.
"No salía; su vida giraba en torno a trabajar temprano y luego volver a casa para estar con su familia. Eso era lo que le llenaba de felicidad", agregó.
MIEDO POR INSEGURIDAD
Precisamente ayer, 27 de febrero día de la patria dominicana, el presidente Luis Abinader destacó durante la rendición de cuentas en el Congreso Nacional la reducción que reflejan las cifras de la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes y criminalidad.
Sin embargo, para algunos familiares del fenecido militar, su muerte es un indicativo de que en República Dominicana se necesita mayor presencia de los agentes policiales en las calles.
"El presidente tiene que poner mayor seguridad en las calles. Donde matan policías y guardias, a nosotros (los civiles) nos matan más rápido", estableció Montero, quien fue como un padre para Fernando Beriguete.
CINCO PERSONAS INVESTIGADAS
Mientras tanto, la Policía Nacional informó que ha investigado a cinco personas por la muerte del oficial.
Los parientes y amigos de Beriguete están a la espera de recibir el cuerpo para velar los restos en las afueras de su residencia ubicada en Santo Domingo Este.