CIUDAD
En Santo Domingo Oeste hay un barrio sin nombre, sin energía eléctrica y sin agua
Los ciudadanos que habitan en esa localidad dicen sentirse olvidados por las autoridades. Hasta ayer se encontraban sin suministro de energía eléctrica y sin agua, dolores de cabeza que sienten casi desde su creación
Aunque parece mentira, en la capital dominicana existen sectores con serios problemas de energía eléctrica o agua potable, recursos esenciales para una vida digna de cualquier ciudadano.
En un recorrido que realizó Listín Diario, se dio con el paradero de una recóndita comunidad del sector Herrera en Santo Domingo Oeste, zona que posee un trayecto casi imposible: sin asfalto, medroso y rodeado de vertederos improvisados, donde niños y adultos recorren con gran facilidad por la triste costumbre.
Ciudadanos que habitan en esa localidad dicen que no tiene nombre, aunque hay otros que se refieren a ella como "Macofrío".
Así lo manifestó Juan Delgado. "Este barrio no tiene nombre, por aquí no hay ni palo de luz, no hay agua, esto es terrible”.
La necesidad de aquellos recursos se incrementó luego de las precipitadas lluvias que ocasionó desbordamiento de cañadas, penetrando a las casas, arrastrando todo a su paso y sin poder resguardar sus ajuares.
Rudelen García, una mujer de nacionalidad haitiana, entre voz cortada narró cómo el agua entró por las ventanas y por las láminas de zinc, quedando sin nada luego de haber construido durante dos años su casa.
Un desliz de tierra y la presión del agua provocaron que un peñón se incrustara en la habitación de García desembocando dentro de la casa. A pesar de ello, la mujer da las gracias porque el evento “por lo menos sucedió en el día, porque si hubiese sido de noche el desenlace hubiese sido otro”, aseguró García.
La extranjera describe la situación como “muy grave”, ya que también su esposo perdió sus documentos personales.
PANORAMA
Hasta el momento, en la referida zona, no se han reportado fallecidos, ni lesionados, solo pérdidas materiales.
Al lugar no se han presentado las autoridades correspondientes, según señaló Rafael Javier Brito, un residente en la zona que aseguró tener ocho años viviendo en la comunidad y “siempre ha estado incomunicada”.
Además, el hombre afirmó que “nunca” ha visto la presencia de las autoridades correspondientes para suplir las necesidades del sitio.
Los afectados se han estado refugiando uno con otros, hasta recuperarse o ser asistidos por las autoridades.
Los municipes narran cabizbajos como es el día a día en esta comunidad: “Aquí no hay condiciones de vida. Tenemos que cargar agua con cubetas para allá abajo y comprar cables para poder conectarlo del otro lado (café de Herrera) para poder tener luz”.
Muchos de los niños han dejado de asistir a la escuela por falta de recursos económicos, según aseguraron varios padres, quienes resaltaron estar propensos a contagiarse de enfermedades como la leptospirosis y el brote de dengue que azota el país.