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#Se Acabó

Seleccion de futbol española

Seleccion de futbol española

Nunca un beso había levantado tanta polvareda. Me refiero al beso no consentido que el ya ex presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, le plantó en los labios a la delantera Jennifer Hermoso el día en que las jugadoras españolas se erigían como campeonas del mundo en el Mundial celebrado en Nueva Zelanda y Australia.

Desde entonces, el mundo del deporte en España, sobre todo en el ámbito del muy popular soccer, ha sufrido una verdadera sacudida. La salida de Rubiales fue digna de un sainete, con el ex dirigente negado a aceptar que su comportamiento fue totalmente inapropiado, y eso sin tener en cuenta que durante el partido de la Final se tocó los genitales en señal de victoria, como si fuera el macho de la camada cavernícola. Rubiales dio a entender que la jugadora estaba tan contenta con su “piquito”, a pesar de que ésta insistió en que no hubo consentimiento por su parte y se había producido una situación desagradable que le restaba brillo al protagonismo del equipo campeón.

Rubiales, que arrastraba otros escándalos que hasta ahora se habían pasado por alto, ya está fuera de juego, pero el asunto continúa trayendo cola porque el beso en cuestión no ha hecho más que destapar la olla podrida del fútbol, un mundo manejado por hombres que, en su mayoría, no se han enterado de los avances en la lucha por la igualdad. Más bien, para ellos el feminismo es una “lacra” que habría que eliminar de un balonazo. Muchos pensaron que después de la purga del ex presidente, a la que más de uno de su entorno se sumó, no tanto por integridad sino por evitar caer en desgracia, todo volvería a la normalidad. O sea, las jugadoras al redil.

Todo lo contrario. El affaire del beso no consentido ha servido de revulsivo para exigir reformas que las jugadoras de la selección consideran imprescindibles. En estos días, las actuales campeonas del mundo han decidido no ponerse la camiseta de la selección si no hay cambios profundos en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Las 23 jugadoras denuncian que el ambiente general, controlado principalmente por hombres, obedece a una cultura tóxica en la que se cometen abusos que ya no están dispuestas a soportar. Por supuesto, uno de las grandes asignaturas pendientes en el panorama deportivo mundial es la abismal diferencia salarial entre hombres y mujeres. En el caso concreto del fútbol, se trata de una desigualdad obscena. Ya en 2016 la selección femenina de fútbol en Estados Unidos presentó una demanda por esta discrepancia salarial que se dirimió en los tribunales. Su legendaria jugadora, Megan Rapinoe, ha enarbolado esta causa y la de los derechos LGTBQ, lo que ha valido fuertes críticas de los ultra conservadores, que también ven en el feminismo y el activismo por los derechos civiles una supuesta amenaza a la estabilidad del planeta.

En realidad, el escándalo del beso no consentido que ha desbaratado la burbuja de los “machirulos” del deporte español, pone de manifiesto un problema global que viene de lejos. Cuando estalló el conflicto, y después de un discurso por parte de Rubiales que dio grima por lo que tuvo de pataleta acusatoria, Alexia Putellas, una de las jugadoras de la selección, publicó en las redes sociales el hashtag #SeAcabó. El mensaje se hizo viral instantáneamente. La compañera de Jenny Hermoso se inspiró en la famosa canción de la artista María Jiménez, recientemente fallecida a los 73 años. En 1978 la cantante sevillana se hizo con el éxito inmediato al interpretar Se acabó, un tema que terminó por ser un himno en contra de la violencia machista. Había vivido en sus propias carnes el abuso físico y mental que le había infligido su pareja. Del hundimiento personal y profesional, resucitó con una letra en la que recalcaba con su singular desgarro, “Se acabó. Porque yo me lo propuse y sufrí como nadie había sufrido…”.

El hashtag #SeAcabó ahora es lema y consigna de las deportistas españolas, hartas de un desmedido paternalismo machista. Es el equivalente al movimiento #MeToo que surgió en Estados Unidos cuando se dieron a conocer los excesos de los hombres en la industria del cine y también de los medios. No son más que la punta del iceberg del sexismo que está presente y subsiste en otros campos profesionales. Por lo pronto, las campeonas del mundo españolas se han plantado con un sonoro #SeAcabó. El tsunami de un beso no consentido. [©FIRMAS PRESS]

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